14 de Diciembre de 2001 Otra cadena perpetua por luchar contra
el terrorismo
El cubano Ramón Labañino fue sentenciado
este jueves a cadena perpetua por un amañado tribunal de Miami, en otra demostración de
injusticia que fue denunciada por el propio condenado en su alegato.
Por luchar contra el terrorismo se me
condena, denunció Labañino en su intervención poco antes de recibir el veredicto y ante
una nutrida representación de la mafia cubanoamericana de esa ciudad estadounidense, que
paradójicamente presenciaba la audiencia en lugar de estar en el banquillo de los
acusados.
Los cinco cubanos hallados injustamente
culpables de espionaje sólo buscaban información entre grupos terroristas radicados en
EE.UU. para proteger a su país de sus actos.
En cada frase de su alegato, dado a conocer
en la mesa redonda informativa, en La Habana, a la que asistió el presidente Fidel
Castro, Labañino desglosó la pérfida actividad anticubana de esa mafia, que ha causado
miles de muertos en Cuba.
Dio nombres exactos de los más connotados
terroristas que aún pasean por las calles de la ciudad floridiana y sus actos
contra la Isla.
En su alegato, conminó a las autoridades
estadounidenses a cumplir más con su deber de luchar contra el terrorismo originado en su
propio país.
Todo lo que hemos hecho es tratar de salvar
la vida de seres inocentes, evitando el terrorismo y una estúpida guerra, dijo.
Cuba, subrayó, nunca ha confiado ni
confiará en esos personajes de la mafia, como Estados Unidos tampoco debe confiar en
ellos ni protegerlos.
Denunció a los órganos judiciales de
Estados Unidos que han permitido la impunidad de esos grupos que practican con asiduidad
el terrorismo, y reveló que el FBI se ha confabulado con esa mafia de la derecha miamense
para obstaculizar cualquier tipo de investigación, por lo que se burlan de la justicia de
Estados Unidos y de su bandera.
Ramón Labañino, uno de los cinco cubanos
sometidos a un vergonzoso juicio en Miami, fue sentenciado en la segunda de las vistas,
tras un largo proceso judicial de manipulación y venganza, devenido en un show
propagandístico que ha empañado una vez más al sistema judicial de EE.UU.
El día anterior también había recibido
sentencia de dos cadenas perpetuas y 15 años su compatriota Gerardo Hernández.
Labañino fue acusado de conspiración para
espiar y amenaza contra la seguridad nacional de EE.UU., cargos que nunca pudieron ser
demostrados durante los más de seis meses del juicio, en los que las presiones de la
mafia sobre el tribunal, el jurado, y los propios testigos de la fiscalía resultó
evidente. (AIN)
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