22 de Julio de 2002 "Rambo" suelto en Miami
POR FÉLIX LÓPEZ --del diario Granma--
Fue en el alegato de Fernando González Llort, uno de los Cinco
Patriotas encarcelados en Estados Unidos por combatir el terrorismo, que muchos
cubanos, sobre todo jóvenes, escucharon por primera vez el nombre de un connotado asesino
que ha planeado todos sus crímenes a la sombra de los sectores extremistas de Miami.

Con su imagen de
Rambo, Frómeta no
deja de exprimir los
bolsillos a los saurios
del anticastrismo.
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No era gratuita la referencia de
Fernando: "Yo pensé dijo con ironía que la Fiscalía vendría hoy a
esta sala a solicitar para mí una sentencia de un año de probatoria. Después de todo,
eso fue lo que le ofreció al señor Frómeta cuando este le compró a un agente
encubierto del gobierno un misil Stinger, explosivo C-4, granadas y otros armamentos. No
importa que el señor Frómeta le hubiera confesado al propio agente encubierto sus
intenciones terroristas y el uso asesino e inescrupuloso que haría de esos
materiales".
Fernando pudo haber desnudado más a este
siniestro personaje, pero debía ajustarse al tiempo que el tribunal le ofreció para su
alegato. Y eran muchas las verdades que debía decir... Aquel paralelo establecido ante la
corte, al menos sirvió para demostrar el tratamiento paternalista de la justicia
norteamericana con los mafiosos y terroristas anticubanos que habitan en la Florida.
Pero permítanme que les cuente un poco más
de Rodolfo Frómeta Caballero. No de su historia pasada aquella que tiene que ver
con sus primeros odios, cuando subestimó a la Seguridad Cubana y llegó en un avión,
entre comunitarios, a materializar sus sueños terroristas, sino de sus fechorías
más recientes. Esas que lo han convertido en el "Rambo" preferido de los
saurios que se autodenominan anticastristas.
Según Frómeta, desde su segunda llegada a
Estados Unidos (se refiere al regreso de una bien ganada prisión en Cuba) y hasta el 6 de
marzo de 1994, organizó 14 misiones clandestinas entiéndase terroristas
dentro del territorio cubano. En la fecha señalada comenzó el escándalo por la compra
del misil Stinger, una operación que lo llevó ante un tribunal, al parecer porque el FBI
estaba "urgido" de cortarle sus crecidas alas.
Frómeta ha dicho que fue un día fatídico
aquel en que Mario Fernández, otro mafioso de Alpha 66, se le apareció en su casa para
proponerle un buen negocio: "Un oficial del ejército de los Estados Unidos a quien
yo conozco, le dijo Fernández, está dispuesto a conseguirles las armas sofisticadas que
usted y su organización pueden estar necesitando para apresurar la libertad del pueblo
cubano".
Al día siguiente, engalanado para la
ocasión, Frómeta se fue al puerto marítimo en Miami Beach, donde lo esperaba el señor
Reymon López, quien tras una larga presentación le mostró aquellas fotos de Polaroid
con misiles Stinger (RMP-antiaéreos), lanzagranadas y explosivos C-4. Reymon le expresó
su disposición para ayudar "a la causa de Cuba". Y Frómeta, entusiasmado,
encargó de todo.
Un mes después, los dos hombres volvieron a
encontrarse en el restaurante Kasalta, en el centro de Miami. Allí se selló el negocio y
se acordó la fecha y el lugar de la transacción. El 2 de junio, a las once de la
mañana, Frómeta llegó con una camioneta al almacén donde Reymon había situado su
encargo. Luego de recibir las instrucciones sobre cómo usar el armamento, comenzaron a
cargar el vehículo... Así lo sorprendió un team del FBI, armado hasta los dientes.
Reymon López resultó ser un agente
encubierto del gobierno. En su primera audiencia ante la corte, según ha testimoniado el
propio Frómeta, el fiscal federal Wilfredo Fernández le propuso que, de declararse
culpable y comprometerse a abandonar su empeño de derrocar a Castro, él le daría un
año de prisión domiciliaria. Pero el "Rambo" de Miami no podía renunciar a su
empleo. Con bravuconería y todo, solo lograron condenarlo a 41 meses de prisión.
Pero ahí no termina su "difícil"
paso por la cárcel de Miami. Nuestros compatriotas fueron sometidos durante meses a un
encierro despiadado y cruel, mientras que este hombre, ante la suspensión de una visita,
inició una huelga de hambre que no duró más de 26 horas. El show armado por la
prensa bastó para que fuese cambiada la medida.
En marzo de 1995 Frómeta volvió a ser
noticia. Las autoridades federales lo trasladaron a la prisión Marianna, al Oeste de
Tallahassee (por carretera se puede viajar de Miami a este lugar y regresar en menos de 24
horas). El "hombre duro" de los Comandos F-4, consideró aquello como "una
forma de tortura psicológica muy diplomática", y se quejó al senador Connie Mack,
y a los congresistas Ileana Ros-Lehtinen y Lincoln Díaz Balart. Por supuesto, que no lo
abandonaron.
Tan pronto regresó a su jungla, en Miami,
Frómeta convocó a una conferencia de prensa para lanzar una nueva amenaza contra Cuba:
"Al cerrarse todas las avenidas, dijo, solo quedan los espacios libertadores a
través de la acción violenta". Por más que lo amplificó la prensa, Frómeta
volvió a hacer uso de su pasaporte a la impunidad. El FBI, al parecer, estaba demasiado
ocupado en fabricar el caso de "los espías cubanos".
Las causas de ese doble tratamiento, de la
hipocresía con que hoy hablan de cruzada contra el terrorismo, mientras hombres como
Frómeta caminan por las calles de Miami, siempre elucubrando un nuevo plan sangriento,
también las enunció Fernando en su histórico alegato:
"Después recapacité y me di
cuenta de que esperar ese mismo tratamiento por parte de la Fiscalía hacia mí era algo
ilusorio, pues yo soy cubano de allá, de la Isla, y eso implica que al acusarme entran a
jugar consideraciones como la ignorancia de lo que es Cuba realmente, el odio y la
irracionalidad contra mi país, estimulados por un sector extremista que controla lo que
se dice aquí sobre Cuba y se encarga de silenciar cualquier otra opinión más
racional."
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