24 de Junio de 2002 IRREGULARIDADES PROCESALES
Manipulación de testigos, pruebas y
peritos
El juicio a los 5 patriotas cubanos
devino causa cargada de politización, marcado por las flagrantes violaciones de la propia
legislación norteamericana, incluidas su Constitución y Enmiendas. Resultó evidente que
la Fiscalía cedió en todo momento a esas presiones de los grupos violentos de Miami Dade
y, en ocasiones, fue un dócil instrumento de estos, llegando a lamentables contubernios
con representantes de dichos grupos. La administración de justicia fue también un triste
rehén de esas violencias y viejos odios políticos.
Antes de iniciarse, ya el juicio a los cinco cubanos ahora
Prisioneros Políticos en EE.UU estaba bajo la presión de las organizaciones
anticubanas residentes en Miami. El panorama era indicativo de la tormenta: violentas
campañas de prensa y amplias movilizaciones encaminadas a provocar un sentimiento
prejuiciado y de odio hacia los supuestos agentes o espías del régimen de Castro.
En una comunidad caracterizada por su
violencia, intransigencia, intolerancia y la falta de escrúpulos éticos, el juicio
devino causa cargada de politización y marcada por las flagrantes violaciones de la
propia legislación norteamericana, incluidas su Constitución y sus Enmiendas. De hecho,
resultó evidente que la Fiscalía cedió en todo momento a esas presiones de los grupos
violentos de Miami Dade y en ocasiones fue un dócil instrumento de los mismos, llegando a
lamentables contubernios con representantes de dichos grupos. La administración de
justicia fue también un triste rehén de esas violencias y viejos odios políticos.
En el juicio se produjeron importantes y
graves irregularidades y violaciones no solo de las reglas del proceso, sino también
transgresiones de normas de la Ley Internacional y de principios universales, sobre todo
atinentes al respeto a los derechos humanos y, por si fuera poco, flagrantes violaciones
de la Constitución norteamericana o de alguna de sus Enmiendas.
Es evidente que los cargos imputados a los
acusados fueron desbaratados, uno por uno, por sus abogados defensores. En el curso de los
debates fue quedando claro que dichos acusados habían servido exclusivamente al Gobierno
cubano en la noble función de penetrar a organizaciones terroristas radicadas en Miami,
ejerciendo su derecho a defender la soberanía del pueblo cubano, como una necesidad, para
conocer y frustrar planes terroristas contra Cuba.
Se evidenciaba que nunca pretendieron ni
asumieron realizar actividades semejantes contra organismos u organizaciones del Estado
norteamericano y mucho menos dañar su seguridad. De hecho, se puso de relieve que al
defender a su país contra las acciones terroristas de esos grupos de Miami, los cinco
acusados brindaban un servicio colateral a la seguridad y la tranquilidad del Estado
norteamericano y de su pueblo.
Si el gobierno norteamericano hubiera
dispuesto del servicio que hicieron hombres de esa condición, quizás se hubiera
frustrado el brutal atentado terrorista de que fue víctima la ciudad de Nueva York el 11
de septiembre del pasado año.
No solo no se apreció la falta de
tipificación de los delitos imputados, sino que se violaron importantes reglas y
principios en la práctica y apreciación de las pruebas.
Para la práctica de las pruebas, el
gobierno fue desclasificando poco a poco la documentación relacionada con el caso, según
criterios de selección que no se informaron, de modo que el proceso fue disponiendo de
esas supuestas pruebas documentales en entregas, lo cual impedía el adecuado estudio de
dicha documentación por parte de la defensa.
DESCLASIFICACIÓN DE DOCUMENTOS A
CUENTAGOTAS
A ello se agrega que, en determinados
momentos, la defensa no pudo disponer libremente de esa documentación que iba siendo
desclasificada y tuvo que consultarla con evidentes limitaciones y restricciones de lugar
y tiempo.
Por demás, nunca se ha alcanzado a saber si
existen otros documentos relacionados con el caso que no fueron desclasificados y que, en
consecuencia, dejaron espacios vacíos en la información de que debió disponerse para
lograr un justo proceso.
En este sentido, resulta muy interesante lo
que llegó a reconocer uno de los más significativos testigos de la Fiscalía, el señor
Stuart Hoyt, experto en contrainteligencia del FBI, quien compareció el 11 de enero,
testigo con experiencia en el trabajo contra Cuba, y el cual durante su testimonio
explicó la estructura de la Inteligencia cubana sobre la base de su conocimiento del
tema, aunque introdujo también muchas especulaciones.
Según fuentes presentes en el juicio, Hoyt
tiene determinado crédito como experto, y no fue descaradamente mentiroso; mezcló sus
especulaciones con algunos documentos de la evidencia de forma inteligente y obviamente
dejó buena impresión en el Jurado por sus conocimientos y experiencia, pero al final de
su deposición cometió un error al decir que ©la Fiscalía debería dar a conocer todos
los documentos que había escondidoª. De tal manera, sus mismos testigos evidenciaban que
se habían producido manejos fraudulentos en relación con la documentación supuestamente
probatoria puesta a disposición de la Corte.
En cuanto a los testigos y peritos se
produjeron flagrantes manipulaciones, tales como evidente preparación de los primeros, y
montaje de las declaraciones incluso de los peritos.
En ese sentido, para solo poner de
manifiesto algunas de dichas violaciones del justo proceso, queremos referirnos al primer
perito presentado por la Fiscalía. Fue este un especialista en frecuencia de
comunicaciones que se centró en la intersección de comunicaciones de radio hechas a los
acusados. Durante el contra interrogatorio de la Defensa, se evidenció que el perito
había sido preparado por la Fiscalía pues, llegó a reconocer que le habían entregado
los reportes de las comunicaciones a las cuales debía referirse. En un caso así, se
suponía, y era de elemental honradez, que fuera él quien las presentara, en tanto era
quien las había interceptado y valorado.
De igual modo, a partir del 17 hasta el 23
de enero, la Fiscalía presentó al perito del FBI, Richard Giannotti, quien se dedicó a
leer fragmentos de mensajes interceptados y otros aspectos documentales presuntamente
empleados en el funcionamiento de la red. Durante su presentación, la Fiscal indicó al
testigo las páginas que debía leer y lo interrumpió constantemente, procurando que solo
se escuchara determinada parte del contenido de los mensajes seleccionados que podían ser
incriminatorios al sacarlos de contexto y obviando todo lo exculpatorio.
La manipulación de los testigos también se
puso de manifiesto al contra interrogar la Defensa al testigo de la Fiscalía, Guillermo
Lares, perteneciente a la organización contrarrevolucionaria Hermanos al Rescate,
incluyendo la presentación del video del vuelo, que probó de modo aplastante que este
había mentido en sus declaraciones anteriores.
En realidad, la credibilidad de Lares
resultó afectada desde el inicio de su deposición, al mostrarse dubitativo y demandar
constantemente ayuda a través de contactos visuales a la abogada de Hermanos al Rescate,
Sofía Powell-Castro, a la que la Jueza tuvo que requerir por las indicaciones que
trasladaba al testigo, durante su testimonio, mediante movimientos de cabeza y otras
señas visibles.
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