24 de
febrero de 2006
El caso Franklin y los Cinco
"¡No olvide dejar propina!"
JEAN-GUY ALLARD
EL
espía más peligroso de la historia reciente de Estados
Unidos, Lawrence "Larry" Franklin, de 59 años de edad,
trabaja en este momento de parqueador en un exclusivo casino e
hipódromo de Virginia del Oeste mientras espera testimoniar
en el juicio de sus dos cómplices.
El diario The Wall Street Journal acaba de revelar este
escandaloso hecho al publicar que Franklin, el experto
analista del Pentágono quien asesoró personalmente a Donald
Rumsfeld y pasaba información a Israel, está trabajando de "valet",
según el término inglés, en el parqueo del centro de juego
Charles Town Races & Slots, situado en Charles Town, al
oeste de Baltimore y de Washington D.C.
Charles Town Races & Slots es a la vez un hipódromo
privado y un casino especializado en lotería video donde 3800
máquinas tragamonedas —según la publicidad — atraen una
clientela afortunada de la región de la capital federal
norteamericana.
Mientras los Cinco cubanos arrestados por el FBI en Miami
cuando infiltraban grupos terroristas de esa ciudad y luego
acusados de espionaje en una farsa judicial, esperan en
prisión una decisión de los tribunales, Franklin recoge las
propinas de su clientela de jugadores.
Es tal lo absurdo de esa situación que un periodista del
rotativo The Washington Post puso de título a un breve
comentario sobre el tema: "¡No olvide dejar propina!" (Don't
Forget to Tip!)
Franklin ya disfrutó de una increíble rebaja de sentencia
a pesar de su traición.
El juez T.S. Ellis III, de la Corte federal del distrito de
Alexandria, Virginia, después de una negociación entre los
abogados del espía y la Fiscalía, le regaló doce años de
cárcel... y lo liberó bajo fianza hasta la conclusión del
juicio de dos agentes israelíes, Steve Rosen y Keith
Weissman, con los cuales colaboraba activamente.
Franklin les entregó —a ellos y a otro espía israelí,
Naor Gilon, entonces consejero político en la Embajada de
Israel en Washington —enormes cantidades de información del
Pentágono sobre Irán, un acto que se encuentra ahora detrás
de la escalada de amenazas guerreristas de Israel contra este
país.
Pero la noticia del trabajo bien remunerado de Franklin en
el parqueo de Charles Town Races no llega sola.
"NUNCA HUBO UN PROCESO EXITOSO..."
Está acompañada por la retórica de los astutos abogados
de Rosen y Weissman quienes afirman ahora que al acusar de
espionaje a sus clientes, la Fiscalía viola la Primera
Enmienda de la Constitución y que condenarlos obligaría a
acusar también a numerosos activistas y periodistas.
La legislación prohibiendo la difusión no autorizada de
material clasificado nunca ha sido aplicada a simples
ciudadanos, reveló al diario The Sun, de Nueva York, el
letrado John Nassikas III, vocero del equipo de defensa de los
dos acusados.
"Nunca hubo un proceso exitoso acerca de una difusión no
autorizada de material de parte de personas sin obligación
contractual o legal de preservar información clasificada",
dijo Nassikas.
Rosen y Weissman eran cabilderos del American Israel
Political Committee (AIPAC) el más importante grupo de
cabildeo (lobby) israelí en Washington.
Sus actividades de espionaje se extendieron entre abril de
1999 y el 27 de agosto del 2004, un periodo durante el cual el
FBI observó numerosos encuentros realizados con las
precauciones que caracterizan las actividades del grupo.
Los dos cómplices de Franklin comparecerán el 25 de abril
ante la Corte federal de Alexandria.
La inculpación precisa que recibieron información
clasificada de parte de Franklin y que transmitieron estos
datos a "miembros de la prensa y agentes de un gobierno
extranjero".
La Fiscalía no ha dado una descripción pública de la
información que presuntamente transmitieron ni nombró a los
periodistas o agentes extranjeros implicados, según The Sun.
Un documento resumiendo la defensa de los dos acusados ha
sido co-redactado por Viet Dinh, profesor de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Georgetown quien fue también un
alto funcionario del Departamento de Justicia. Dinh, un
experto constitucional, es famoso por ser uno de los "arquitectos"
de la llamada ley Patriota.
La argumentación de Dinh no deja de provocar controversia.
¿"Existe un derecho otorgado por la Primera Enmienda para
robar y transmitir secretos vitales de EE.UU. a una potencia
extranjera?", escribe Justin Raimundo del sitio web
antiwar.com. El periodista termina preguntándose si existe un
doble estándar en materia de espionaje. ¿"Qué pasaría si
Rosen y Weissman, se llamaran Abdullah y Mohammed? ¿Y si
hubiesen trabajado con el Comité de Acción Política
Americano Musulmán (MAPAC)?", cuestiona.
"UNO TIENE QUE SER MUY CAUTELOSO"
Según The Sun, el texto de los abogados también cita a un
eminente fiscal federal, Patrick Fitzgerald, "acerca de los
riesgos en llevar cargos en relación con la difusión de
información clasificada".
"Uno tiene que ser muy cauteloso al aplicar esa ley porque
hay numerosos intereses que pueden encontrarse implicados",
dijo ese experto en la materia durante una conferencia de
prensa el año pasado, al explicar por qué no acusaba de esa
forma a I. Lewis Libby, un funcionario de la Casa Blanca
quién reveló la identidad de una agente de la CIA.
El documento de la defensa ha sido publicado por Secrecy
News, difundido en Internet por la Federación Norteamericana
de Científicos.
Nassikas ha revelado que Weissman se propone lanzar un
fondo de defensa para cubrir sus gastos judiciales.
Vale la pena recordar cómo, violando todas las normas
penitenciarias y los convenios internacionales contra la
tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes, el jefe
del FBI de Miami Héctor Pesquera y sus cómplices de la
Fiscalía mantuvieron a Los Cinco en confinamiento solitario
durante 17 meses consecutivos después de su arresto.
Desde su juicio trucado, René González, Gerardo
Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando
González siguen encarcelados en cinco prisiones distintas del
inmenso territorio norteamericano con contactos extremadamente
restringidos con sus familiares.
Franklin quedará en libertad hasta el final de los
procedimientos, que pueden extenderse durante años. Mientras
tanto seguirá recogiendo dinero en el parqueo de Charles
Town.
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