12
de Noviembre del 2003
Leonard Weinglass: "Un juez pragmático vería claramente que el juicio no podía ser en Miami"
ROSA MÍRIAM ELIZALDE
El
diálogo se produce en La Habana, poco antes del regreso de Leonard
Weinglass a Nueva York y después de un intercambio con abogados
cubanos que siguen muy de cerca el caso de los Cinco Cubanos
Prisioneros en Estados Unidos. El defensor de Antonio Guerrero
adelanta al sitio web Antiterroristas en qué momento está el
proceso de apelaciones seguido ante la Corte de Atlanta por un
juicio justo. El próximo 17 de noviembre los abogados de la defensa
presentan su respuesta a la argumentación de la Fiscalía.
Después, el Tribunal debe decidir la fecha y el lugar para la
audiencia.
—
¿Exactamente qué ocupa ahora a los abogados de la defensa?
—
Los abogados están trabajando muy duro, con una fecha tope: el
lunes 17 de noviembre, en que deben entregar su respuesta al
argumento de la Fiscalía para la Apelación en Atlanta. Se están
analizando todos los documentos, una cantidad enorme. Se trata de
más de 100 volúmenes en transcripciones de las actas —cajas de
documentos—, en un esfuerzo por corregir la impresión que trató
de crear el argumento escrito por el Gobierno.
Mucho de lo que ha dicho
el Gobierno en este argumento escrito es una exageración, solo una
pequeña parte es cierta, y la otra gran parte no es cierta en
absoluto. Por lo tanto, se están analizando todas estas actas para
presentar a la Corte las referencias que muestren que el Gobierno
estaba tratando de desviar y manipular la atención del Tribunal.
—
¿Cuáles son los elementos más débiles de la respuesta de la
Fiscalía?
—
El elemento más débil que enseguida se destaca es que ellos no
pueden defender el ambiente de Miami, y no pueden defenderlo sin ir
en contra de los principios más elementales del sistema legal
estadounidense. Por ejemplo, el juicio justo ante un tribunal justo.
Es evidente que aquí no ha sucedido eso, y el Gobierno tiene gran
dificultad en justificar lo que sucedió en Miami. Escribieron 86
páginas —un documento muy extenso—, pero ni una sola palabra
defiende a Miami.
—
¿Qué ocurrirá después del 17 de noviembre?
—
Lo que sucederá después que nosotros presentemos nuestro documento
es que el Tribunal nos notificará sobre una fecha para presentar
nuestro argumento, y cuál será la duración del tiempo que
tendremos para presentar nuestro argumento. No sabemos cuándo ni
dónde van a decidir que se rea-lice esta presentación de los
argumentos. Solo podemos estimar que será en algún momento en
febrero. Pudiera ser un poco después. No es probable que sea antes.
—
¿Habrá vista oral?
—
Por la complejidad e importancia de este caso el Tribunal siempre
ofrece una vista oral. Sería sorprendente si no lo hacen así.
—
¿Qué usted supone que resolvería en este caso un juez, justo y
práctico, de acuerdo con las leyes norteamericanas?
—
Un juez pragmático vería claramente que el juicio no debía
haberse realizado en Miami. Este Tribunal de Atlanta conoce a Miami.
Fue el que falló en el caso del niño Elián González, que fue
denunciado en Miami. Ellos ya conocen a Miami, y no veo cómo van
evitar lo que conoce todo el mundo en Estados Unidos: que Miami es
diferente a cualquier otro lugar de Estados Unidos, en lo que
respecta a Cuba. Solo hay un lugar en Estados Unidos donde no se
puede tener un juicio justo, y ese es Miami. Incluso en Fort
Lauderdale, a 80 kilómetros de allí, hubiera sido posible tener un
juicio justo.
—
La semana pasada aquí en La Habana, Noam Chomsky expresó que lo
sucedido a estos Cinco Cubanos es repugnante, y llamaba la atención
sobre el silenciamiento de los medios en Estados Unidos, sin duda
una sanción adicional a estos compañeros que fueron víctimas de
un juicio político. ¿Cuánto daño le ha hecho este silencio
cómplice al Proceso de Apelación en Atlanta?
—
Chomsky es una voz que se destaca entre los intelectuales
norteamericanos y progresistas, en cuestiones de la política
exterior y justicia penal. Nosotros le agradecemos mucho su
comentario. El silencio de la prensa estadounidense en este caso, en
el ambiente actual, no es sorprendente. En temas de guerra, de
desempleos masivos, de injusticia racial, la prensa se destaca por
su silencio. En este caso, ha sido igual. Para hablar de este caso
tendrían que mencionar la historia de más de 40 años de ambos
países, una historia que el Gobierno de Estados Unidos quiere
evitar y la prensa complaciente hace lo mismo. Ellos saben que si se
menciona a los Cinco, la primera pregunta sería: ¿por qué fueron
enviados aquí? Y la respuesta a esa pregunta es algo que el
Gobierno y la prensa no desean que se conozca. Especialmente ahora,
en medio de una guerra contra el terrorismo. La posición que se ha
tomado en Estados Unidos, es que este país está opuesto al
terrorismo. Si se responde la pregunta de por qué los Cinco
vinieron a Estados Unidos, hay que entrar en el tema de que ellos
fueron a ese país porque Estados Unidos apoya el terrorismo. Por lo
tanto, es inconveniente esa discusión en estos momentos.
—
¿Perjudica o no a la Apelación la campaña presidencial para las
elecciones de noviembre del 2004 en Estados Unidos?
—
Todos reconocemos que este caso tiene una base política, incluso
los fiscales. En un caso político de este tipo, en medio de una
campaña presidencial, donde la Florida pudiera ser importante y,
especialmente, los votos de Miami, es probablemente el momento peor
para decidir el caso en el tribunal.
—
Diferentes instancias del Parlamento Europeo se han sumado
recientemente a la crítica de la situación de los familiares de
Gerardo y René, y de la situación de los derechos humanos de estos
Cinco Prisioneros. ¿Están incluidas estas violaciones en los
argumentos de la defensa?
—
Por encima de lo difícil del caso ante la justicia, ahora se ha
agregado la cuestión de la violación de los derechos humanos de
los encarcelados y su familia. Amnistía Internacional también ha
hablado de esto, y también la Corte Suprema de Estados Unidos, el
verano pasado. El tribunal adoptó esta posición: la Constitución
de los Estados Unidos está a favor de la protección de la
integración de la familia, incluso ni siquiera tiene que acudirse a
la Ley nacional de los Derechos Humanos. La Constitución de los
Estados Unidos protege a las familias de René y de Gerardo, la
relación que ellos deben tener con sus esposas e hijos. Incluso las
regulaciones de la Oficina de Prisiones específicamente protege la
relación con las familias.
Por lo tanto, la
separación de estas dos familias no puede ser justificada bajo el
reglamento actual, la legislación y la Constitución de Estados
Unidos y las regulaciones internacionales de los Derechos Humanos.
Esta es una violación tan flagrante que no entiendo cómo incluso
las iglesias de Estados Unidos han permitido que esto suceda. No se
puede separar a un niño de su padre, no se puede separar a una
esposa de un esposo. No es aceptable en ningún código moral ni
legal.
(Tomado del sitio www.cubadebate.cu)
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