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30 de Marzo del 2003

Señalan ante Corte de Apelaciones obstáculos de Washington a la Defensa de los Cinco

"El abogado no puede de forma responsable presentar los documentos para la apelación sin revisarlos con su cliente", afirma Leonard Weinglass, quien expone las duras condiciones en las que se encuentra Antonio Guerrero, actualmente en confinamiento solitario, "no porque él hubiera cometido una indisciplina o un delito (él ha sido un preso modelo y maestro en la cárcel), sino supuestamente por razones de seguridad nacional", según publicó este viernes el sitio web http://www.antiterroristas.cu/, al dar a conocer la moción presentada por el letrado norteamericano ante la Corte de Atlanta

Leonard Weinglass, abogado de Antonio Guerrero, presentó el 26 de marzo, ante la Corte de Apelaciones de Atlanta, una moción donde da a conocer los obstáculos que ha tenido como abogado defensor para mantener comunicaciones con su defendido, quien se encuentra en confinamiento solitario ("el hueco") desde el pasado 3 de marzo.

"El abogado no puede de forma responsable presentar los documentos para la apelación sin revisarlos con su cliente", afirma Weinglass, quien expone las duras condiciones en las que se encuentra Antonio, "no porque él hubiera cometido una indisciplina o un delito (él ha sido un preso modelo y maestro en la cárcel), sino supuestamente por razones de 'seguridad nacional".

En la Moción, Weinglass también describe las terribles condiciones en las que se encuentra Gerardo Hernández, otro de los cinco cubanos confinados al aislamiento en solitario hace ya casi un mes y a quien pudo visitar en su cárcel de Lompoc, California, sin que tampoco pudiera tener garantías para su trabajo como abogado.

FRAGMENTOS DE MOCIÓN PRESENTADA POR WEINGLASS EL MIÉRCOLES

Mi cliente, Antonio Guerrero, está encarcelado en Florence, Colorado. El abogado lo visitó en una ocasión para presentarse y familiarizarse de forma general con el caso. En los meses siguientes, durante los cuales estaban en litigio varias mociones en la Corte del Distrito, incluyendo una moción para un nuevo juicio, el abogado mantuvo correspondencia con su cliente, anticipando un segundo encuentro posterior a la redacción del borrador preliminar del alegato de apelación y previo a la fecha de su  presentación.

Esta reunión fue establecida para el 19 de marzo del 2003. Antes que esta reunión tuviera lugar, el 3 de marzo del 2003, le fueron impuestas al Sr. Guerrero Medidas Administrativas Especiales en conformidad con el Apartado 501.2 del Código Federal de Regulaciones (CFR), no porque él hubiera cometido una indisciplina o un delito (él ha sido un preso modelo y maestro en la cárcel), sino supuestamente  por razones de "seguridad nacional". Fue sacado de su celda y puesto en segregación administrativa. Bajo estas condiciones se le negó el acceso a sus documentos y correspondencia legal, así como la posibilidad de hacer o recibir llamadas telefónicas y correspondencia, incluyendo a su abogado. Cuando el abogado finalmente conoció del confinamiento del Sr. Guerrero alrededor del día 10 de marzo, al abogado no se le permitió hablar con su cliente. Al abogado también se le informó que ninguna correspondencia legal le sería entregada a su cliente ni se le permitiría tampoco a su cliente que le escribiera a él. Durante el resto de esa semana el abogado hizo esfuerzos adicionales para contactar al Sr. Guerrero, sin resultado. El abogado asociado también intentó en repetidas ocasiones ver y hablar con el Sr. Guerrero, sin éxito.

Alrededor del 14 de marzo del 2003 fui informado que mi asociado y yo podríamos reunirnos con el Sr. Guerrero en la fecha preestablecida del 19 de marzo. Sin embargo, él permanecería bajo la misma clasificación, teniendo como resultado su total y continuado aislamiento, por razones de seguridad nacional que no podían ser reveladas. El Sr. Guerrero había permanecido antes y después del juicio junto a la población general sin ningún incidente. Inmediatamente antes del encuentro programado fui informado por las autoridades de la prisión que el encuentro tendría lugar bajo las más estrictas medidas para una reunión abogado/cliente: no habría contacto, ni comunicación directa (limitada a un solo teléfono que se compartiría por ambos abogados), no habría entrega directa de los documentos (a través de un guardia intermediario) y tanto el abogado como el cliente estarían encerrados en un espacio tan pequeño que solamente cabría un abogado. El abogado asociado de habla hispana tuvo que permanecer de pie detrás del abajo firmante en lo que equivaldría a una cabina telefónica algo más grande. Todos los pedidos que se hicieron a las autoridades de la prisión para que mejoraran estas condiciones fueron rechazados.

El Sr. Guerrero, quién no había sido informado que su abogado lo visitaría, se mostró sorprendido al entrar en el cubículo de visita, encadenado con grilletes y esposas, los que les fueron retirados durante la visita y nunca antes les habían sido puestos. Los pasillos fueron vaciados, cuando él fue conducido al encuentro. El Sr. Guerrero se sentó tranquilo, aparentemente sin comprender, mientras su abogado pedía que se modificaran estas condiciones.

Aunque estuvimos sentados con él durante seis horas, los objetivos de la reunión no pudieron cumplirse después de 16 días de aislamiento del Sr. Guerrero, separado de sus notas del juicio y de su correspondencia. El objetivo principal del encuentro era revisar una carta de 35 páginas escrita a mano por él que planteaba una serie de preguntas y respuestas que, en parte, eran centrales para la apelación. Además, sus condiciones de vida, incluyendo los gritos de los presos trastornados del área de castigo, lo han privado de un adecuado sueño y descanso durante las dos semanas anteriores, minando su habilidad para concentrarse en nuestro trabajo.

Hasta el día de hoy, 26 de marzo del 2003, no he tenido noticias del Sr. Guerrero que permanece en aislamiento y bajo restricciones especiales. El abogado se ha visto imposibilitado de mantener comunicaciones abogado/cliente útiles durante cerca de un mes. El abogado no puede de forma responsable presentar los documentos para la apelación sin revisarlos con su cliente.

El abogado también visitó a Gerardo Hernández, acusado junto al Sr. Guerrero del cargo de conspiración para cometer espionaje. Esa visita, como previamente se había preparado, tuvo lugar en Lompoc, California donde está encarcelado el Sr. Hernández, quien también ha estado sujeto desde el 28 de febrero del 2003 a Medidas Administrativas Especiales, como lo están los cinco que apelan en este caso.

… Gerardo Hernández había sido mantenido durante las dos semanas anteriores en "La Caja", una celda especial de castigo reservada para aquellos que violan las regulaciones de la prisión mientras están en confinamiento especial. "La Caja" no tiene ventanas. Una malla de metal bloquea cualquier posibilidad de mirar hacia afuera. La puerta metálica tiene una abertura por la que le pasan la comida. La celda está alumbrada las 24 horas del día con luces fluorescentes, haciendo imposible distinguir el día de la noche. Se prohíben todas las lecturas y no existe contacto con ser humano alguno. Como precaución de rutina al Sr. Hernández le fueron retiradas sus ropas y zapatos, dejándolo en ropa interior. El abogado fue la primera persona con la que tuvo un contacto en más de dos semanas. Bajo tales circunstancias, la reunión no sirvió para los propósitos propuestos. (Texto completo de la moción, en inglés)

 

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