15
de Noviembre de 2002
En busca de un juicio
justo e imparcial
Lourdes
Pérez Navarro
El problema principal en
el caso de los Cinco Héroes Prisioneros del Imperio es que "no
tuvieron un juicio justo", aseguró la víspera el señor Paul
McKenna, abogado de Gerardo Hernández, al intervenir en la sesión
inicial de la Conferencia internacional sobre los retos y desafíos
del siglo XXI y el papel del Derecho Internacional, que se
extenderá hasta el próximo día 16 en la capital.
Momentos
antes del regreso a su país —luego de una breve estancia en Cuba
que aprovechó para entrevistarse con la esposa y demás familiares
de su representado, y puntualizar aspectos de trabajo con abogados
cubanos—, y ante la presencia de un centenar de especialistas
nacionales y extranjeros, McKenna disertó sobre los elementos
contenidos en la moción presentada recientemente, encaminada a
lograr la celebración de un nuevo juicio en sede diferente.
Aseguró que es
imposible para personas relacionadas con el Gobierno cubano,
especialmente personas acusadas de trabajar para él, poder ser
juzgadas justamente por un tribunal en Miami Dade. Tenemos tres
congresistas (Iliana Ross y los hermanos Díaz Balart) a favor de la
eliminación del actual régimen por cualquier vía: recrudecimiento
del bloqueo, la Ley Helms Burton e incluso la intervención armada.
El Alcalde de Miami es cubano americano, fiel defensor de que el
niño Elián González se mantuviera en ese lugar; el jefe de la
policía es un exiliado cubano, como lo son también el del
Departamento de Bomberos, de la Junta de Educación, y el
Comisionado de la ciudad. Miami Dade es una comunidad única que no
se parece a ninguna otra en Estados Unidos, y tiene la esperanza de
regresar a su patria e instaurar un gobierno acorde a su sentido de
la democracia.
Solicitamos a la jueza
que moviera la sede del juicio 25 millas al Norte, donde las
actitudes y aspectos demográficos son completamente diferentes,
pues en Miami es imposible un juicio justo e imparcial, añadió.
McKenna expuso las
violaciones cometidas por la fiscalía y por la jueza. En ese
contexto comentó la autorización solicitada a la magistrada para
realizar una encuesta que les permitiera documentarse
científicamente. Para ello era necesario que nombrara un experto.
Ella no mencionó que había tenido problemas anteriormente con el
perito, ocasión en que estuvo a punto de acusarlo de perjurio y
donde calificó su comportamiento como no ético. Un juez, aclaró
el abogado de Gerardo, tiene el deber de revelar ese conflicto de
intereses; sin embargo, se limitó a concluir que los resultados de
la encuesta no eran creíbles, sin darle oportunidad al perito de
discutirlos. El experto le escribió a la jueza de que su rechazo a
la encuesta era una equivocación. Tampoco confió esta
comunicación a la defensa.
Además denunció la
violación de los derechos de los acusados al no permitírseles la
comunicación con sus familiares.
Por estas razones la
defensa presentó una moción solicitando un nuevo juicio, a
realizarse en una ciudad que no esté fanáticamente contra Cuba,
concluyó McKenna, quien posteriormente tuvo un encuentro con la
prensa nacional y extranjera.
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