26
de
Agosto de 2002
La lucha por la liberación de los Cinco Patriotas
Limpiar los establos de Augías
JOAQUÍN RIVERY TUR
Grupos
de 100, 50 y 30 personas escucharon en Londres, Manchester y Glasgow las
explicaciones de Paul MaCKenna, el abogado de Gerardo Hernández Nordelo,
las explicaciones de las mil y una aberraciones judiciales cometidas en el
proceso contra los Cinco
Patriotas condenados en Miami por ser cubanos antiterroristas.
Se trataba solamente de una
gota de agua para ayudar a la formación de un río que debe crecer,
porque es la gran corriente contra la injusticia que Washington enarbola
como regla para el mundo.
Las inmensas irregularidades
del juicio contra los Cinco Patriotas (Gerardo Hernández, René
González, Antonio Guerrero, Fernando González y Ramón Labañino) fueron
completamente calladas por la gran prensa norteamericana y de otros
países. Por tanto, se requiere de una labor de hormigas incansables para
ir haciendo luz sobre la lucha antiterrorista de los condenados y el
terrorismo de sus reales jueces.
Los eslabones se están
engarzando poco a poco, uno a uno, para comenzar a formar una cadena
fuerte y tonante que en un lapso indeterminado pueda abrir las celdas de
los Cinco Patriotas y restituir la justicia secuestrada en Miami.
En julio del 2001, a solamente
un mes de iniciado el juicio, dos noticias ocuparon un lugar al menos en
la prensa cubana: el Grupo de Solidaridad con Cuba de Ciudad de la Costa,
departamento de Canelones, Uruguay, llamó a constituir un comité
nacional para demandar la libertad de los Cinco Patriotas; en Caracas,
Venezuela, Gloria La Riva, de la Unión de Tipógrafos de California,
anunciaba la próxima creación de un comité para trabajar por la misma
causa.
Eran las dos semillas
necesarias para librar una batalla que se presenta larga. Una de carácter
internacional; otra, necesariamente dentro del territorio estadounidense.
Las noticias que no publican
los enemigos de la Revolución cubana comenzaron a producirse. Los
comités en favor de la liberación de los Cinco Prisioneros del Imperio
nacieron y se propagaron por América Latina en naciones como México,
Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú..., mientras en Europa también
se producía el mismo fenómeno, que llegaba a lugares como Turquía,
Ucrania, Yugoslavia, Belarús, y a naciones de Asia.
El alcance de las actividades
es cada vez mayor. Un día, organizaciones como la Federación Estudiantil
Universitaria de Argentina y la de Buenos Aires, junto al Comité Nacional
de la Juventud Radical emiten una declaración para exigir la
excarcelación de los Cinco Cubanos; y en otra ocasión, lejos, en Laos,
cae al torrente en formación una gota asiática de solidaridad con los
combatientes antiterroristas.
Hace solamente unos días, por
el correo electrónico me sorprendió el aviso de que el 12 de septiembre
se efectuaría en Buenos Aires una Jornada Internacional de Lucha por la
Liberación de los Cinco y de que ya habrían confirmado su participación
organizaciones de Estados Unidos, Colombia, Ecuador y el país sede. Se
esperaba lo mismo de Puerto Rico y República Dominicana.
La convocatoria cerraba con
una frase elocuente: "Comunícate con nosotros, podemos ser muchos más."
Ya tiene un principio la
expansión de la verdad que los medios de difusión de Estados Unidos han
estado escamoteando: los Cinco Patriotas no son culpables, son
combatientes contra el terrorismo que Washington no quiere combatir,
contra el terrorismo que la Casa Blanca apaña.
La importancia de esta nueva
lucha dentro del territorio norteamericano es vital. Es uno de los
eslabones más importantes de la cadena, porque cuando el pueblo de
Estados Unidos conozca la verdad sobre los Cinco Héroes, su encierro en
cárceles inhumanas se acercará al final.
El pueblo norteamericano, que
suele abrazar causas justas, no ha protestado porque no sabe, porque el
gran capital que controla la gran prensa ha puesto una mordaza sobre el
caso. Salvo la prensa reaccionaria de Miami, que publicó únicamente los
discursos y versiones de la mafia, los periódicos y revistas han ignorado
una injusticia tan colosal como la cometida contra Ramón, Fernando,
Gerardo, Antonio y René.
A pesar del silencio, hay un
Comité Nacional norteamericano luchando por la verdad, conocido ya por el
nombre Free the Five, palabras que para Internet se unen en una sola en la
dirección www.freethefive.org.
Y esta es solo una de las páginas Web que ya existen para divulgar la
realidad.
La marcha se mantiene hacia el
objetivo fijado. Si muchos en Nueva York se asombraron de que se realizara
un piquete informativo y acto de protesta el 18 de diciembre pasado, se
trataba solamente de una gota, que en Atenas se expresó por un acuerdo de
solidaridad de 62 partidos comunistas reunidos en conferencia, en las
calles de Lima tomó la forma de la colecta de firmas para demandar la
libertad de los Patriotas, en Managua fue un servicio religioso en la
Iglesia de la Merced y en Barranquilla, Colombia, el aporte se concretó
en la edición del libro Justicia made in USA, por la Casa Caribe.
¿Qué significa la creación
de comités por la liberación de los Cinco Patriotas en el norte de
Italia, en Eslovaquia, en Sudáfrica o en Belarús? Yo no digo que se
trate de organizaciones masivas y potentes, pero sí son grupos
convencidos de su tarea: hacer luz. Y poco a poco, lentamente, las gotas
irán formando el río que, como en el mito de Hércules, limpiará los
establos de Augías de la justicia norteamericana, y Fernando, Ramón,
René, Antonio y Gerardo... volverán. |