15
de
Agosto de 2002
Nunca hubo
prueba alguna de que los Cinco Patriotas fueran a causar daño
a los EE.UU.
Afirmó el
abogado Paul McKenna, en conferencia de prensa telefónica
Nunca hubo
realmente prueba alguna presentada en el juicio, opinamos
nosotros, que indicara que el objetivo del Gobierno cubano o
el de estos hombres (los Cinco Patriotas) fuera causar
daño a los Estados Unidos, afirmó Paul McKenna, abogado
defensor de Gerardo Hernández, quien recalcó que haber
condenado a prisión por vida a tres de ellos es una sentencia
demasiado severa para los cargos de obtención de inteligencia
que se imputaban.
Durante una
conferencia de prensa telefónica en la que participó Radio
Habana Cuba, los letrados Paul McKenna, Richard Klugh y
Leonard Weinglass, coincidieron en que entre los aspectos
centrales que presentarían en su apelación de las sentencias
ante el Tribunal de Apelaciones de Atlanta, estará también
el que no se haya trasladado la sede del juicio a un lugar que
no fuera Miami, donde la atmósfera que se respira es
marcadamente anticubana.
En la
teleconferencia, celebrada en la sede de la Asociación de
Abogados de Estados Unidos, estuvo también el presidente en
funciones de esa institución, Bruce Smith.
La Unión
Nacional de Abogados de Estados Unidos se interesó por
primera vez en el caso de los Cinco Patriotas prisioneros en cárceles
estadounidenses, en octubre pasado durante su Convención
Anual, explicó el Presidente.
En esa
oportunidad —dijo— aprobamos una resolución que exigía
un nuevo juicio y la libertad para los Cinco. Reaccionamos así,
recalcó, por dos razones fundamentales: porque somos
conscientes de la larga historia de ataques contra Cuba por
parte de la ultraderecha cubano-americana y creemos que Cuba
tiene el derecho de tomar las medidas pertinentes para
defenderse de esos ataques, y también, porque, como ya se ha
dicho, la atmósfera circulante en Miami no permitía que se
celebrara un juicio justo, al que todo acusado tiene derecho,
aseveró.
En la
teleconferencia sobre la situación de los Cinco Patriotas
Cubanos prisioneros en Estados Unidos, se informó que el
conocido abogado norteamericano Leonard Weinglass pasó a
formar parte del equipo de letrados que se encarga de la
apelación del caso.
En la
teleconferencia, Leonard Weinglass afirmó: Para mí es un
honor unirme a Paul McKenna, Richard Klugh y los otros
abogados en la apelación del caso de los cinco cubanos. Me
siento igualmente privilegiado de poder estar junto a estos jóvenes
durante su apelación ante la Corte de Apelaciones del Undécimo
Circuito.
Acabo de
incorporarme, ayer presenté mi petición para unirme al caso
si la Corte está de acuerdo y llevar adelante la apelación
junto con los abogados que lo han llevado durante estos años.
Aunque no
conozco todos los detalles, sí puedo decir que he comenzado
una investigación sobre el tema que presentó Paul, o sea, la
sede del juicio. Tenía la impresión inicial de que Miami no
era el lugar apropiado para el proceso.
De hecho, los
abogados defensores intentaron demostrarlo al juez. Ellos
presentaron 55 artículos noticiosos que demostraban
claramente, desde el punto de vista periodístico, que el
juicio no debía tener lugar en Miami.
También
presentaron una encuesta hecha por un profesor de una
universidad en el área de Miami que indicaba que debido al
alto nivel de prejuicio existente en la comunidad, el proceso
no debía continuar en esa ciudad.
Sin embargo, el
juez desechó esos elementos y decidió que el juicio
continuara en Miami. Y ello a pesar de que la defensa estaba
dispuesta a aceptar que fuese en Fort Lauderdale, a solo unas
40 millas de allí. Hubiese sido muy fácil, desde el punto de
vista logístico, trasladar el juicio a Fort Lauderdale.
Y tal vez
ustedes se pregunten cuál es la diferencia entre Fort
Lauderdale y Miami. La diferencia es sustancial. En Fort
Lauderdale solo el 6,04% de los jurados potenciales son
hispanos, mientras que en el condado de Miami-Dade la cifra es
de 43,9% lo, que indica una gran diferencia. Teniendo en
cuenta esas estadísticas, la encuesta mencionada y los artículos
presentados por los abogados, el juez debió trasladar el
juicio.
A la hora de
seleccionar el jurado, los problemas planteados por los
abogados fueron ampliamente demostrados. La mitad de los
jurados tuvieron que ser dispensados del caso, lo que es una
clara indicación del gran potencial de prejuicio. Además,
uno de cada cinco potenciales jurados era nacido en Cuba o
descendiente de nacidos en Cuba.
Eso no hubiese
sucedido en ninguna otra jurisdicción de los Estados Unidos.
O sea, a pesar de que apenas comienzo en el caso, parece claro
que el juicio debió desarrollarse en otro distrito.
Como se sabe, la
celebración de un proceso en un distrito con alto grado de
prejuicio constituye una violación del más básico de todos
los derechos de cualquier acusado, que es tener un juicio
justo en un lugar que así lo permita. Es por ello que me
siento satisfecho de unirme a Paul, a Richard y a los otros
abogados para tratar de que se haga justicia en este caso. (J.J.) |