Deisy
Francis Mexidor, Juventud Rebelde
A
las 10:55 de la mañana del 10 de marzo, el abogado Roberto
González, aunque no lo confiese, ocultó su nerviosismo detrás de
una aparente tranquilidad. Ocupó su puesto en la sala de la Corte
Judicial en el centro de la ciudad de Miami y se dispuso a escuchar
el desarrollo de la vista de argumentación oral de apelación en el
caso de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos, confinados en
cárceles norteamericanas.
Ya había tenido la experiencia del juicio, pero en esta
oportunidad se trataba de un acto legal diferente que es más
"en beneficio del juez que de las partes, porque este se va a
aclarar sobre las dudas que tenga en cuanto a los escritos que
sean", así dijo Roberto González a Juventud Rebelde a pocas
horas de su regreso de Estados Unidos.
Según nos narra, el equipo de abogados tuvo que trabajar muy
fuerte y, particularmente, resalta la unidad que se manifestó en
cada momento. Al equipo se incorporaron también otros juristas y
comenzaron a analizar el caso desde todas las perspectivas posibles.
—No podía ir en la piel del familiar.
—No, en ese instante, nosotros no defendimos nada que tuviera
que ver directamente con René, mi hermano. Esto no quiere decir que
los puntos que no se trataron en la argumentación oral no se
encuentren en la defensa, sí están, pero en la documentación por
escrito.
"Cuando el abogado de René evaluaba qué tiempo
necesitaría para discutir por su cliente explicó que René no iba
a entender que le quitara un minuto a Gerardo, así mismo pensó
Fernando, pues se decidió argumentar, fundamentalmente, el tema de
Gerardo, Ramón y Antonio, que son las condenas más altas.
"Fue tanta la concentración en eso que realmente no era el
momento para pensar en la familia, era el de pensar en el Derecho,
en el ejercicio de las preguntas y las respuestas en temas muy
concretos. Creo que René habría sentido la necesidad de que
actuara así".
—Entonces, en la piel del abogado, ¿estás satisfecho con
lo ocurrido en la vista?
—Sí, me siento satisfecho.
—¿Qué tiempo demoró la audiencia?
—Nosotros tuvimos en total 25 minutos, un poco más de lo que
se planteó inicialmente. Para la vista oral en general fueron 40
minutos.
DETALLES
—Sobre el ambiente en la Corte.
—Desde el punto de vista de los jueces lo que se esperaba es
que los tres tuvieran dudas sobre las argumentaciones que se
plantean, que están escritas, hay que partir de eso.
"En este caso la defensa se concentró fundamentalmente en
todo lo relacionado con el cargo tres, conspiración para cometer
asesinato, junto con la excesiva sentencia, que fue expuesto por
Richard Klugh.
"Se pudo hablar también de la mala conducta de la Fiscalía
en cuanto a ocultar evidencia y fue posible porque en el primer
punto de Richard, que tenía previsto hablar seis minutos el juez
entendió el argumento ofrecido por nosotros respecto al asunto de
la conspiración para cometer asesinato, o sea, que no tuvo dudas,
no vio ninguna contradicción y le dijo ‘entiendo el argumento’".
—¿Cuál fue la postura de la Fiscalía en este punto?
—En este mismo argumento la Fiscalía fue la que no tuvo
respuesta, cuando le correspondió su parte, el Juez le pidió:
"específicamente hábleme del asesinato".
"La Fiscalía empezó a divagar un poco en cosas generales y
trató de hacer una narración completa de la famosa red de espías,
como le llaman ellos, disgregó para tratar de llevar a los jueces
la misma impresión que le transmitieron al jurado durante el
juicio.
"Pero el Juez llamó a la fiscal Catherine Heck-Miller al
orden y le dijo: "No, hábleme del asesinato, no vaya por lo
general", ella volvió otra vez a atascarse en lo mismo y hay
una Jueza que le preguntaba insistentemente que "dónde estaba
la evidencia que demostrara que Gerardo Hernández sabía que
alguien iba a morir".
"Y esa era la pregunta clave. La Fiscalía retomó
nuevamente los mensajes enviados de Cuba hacia Gerardo, pero la
pregunta sigue siendo la misma por parte de los Jueces "¿en
cuál mensaje se dice que alguien va a morir?"
"Además hubo otra interrogante: "¿De qué dirección
son los mensajes, si son de Cuba a Gerardo, qué control tiene este
sobre esos mensajes?", porque si la Isla es la que los envía y
no hay ninguno de Gerardo a Cuba, entonces no se puede hablar de que
hubo algún acuerdo.
"Ese es el sentido lógico de la pregunta y ante esta
cuestión de los jueces la Fiscalía se enreda como mismo hizo
durante el proceso del juicio frente al Jurado, y trataron de llevar
a la mentalidad de los magistrados un complot general donde podía
caber cualquier cosa.
"Tampoco hubo una respuesta de la Fiscalía cuando se
increpó por la evidencia de que tal situación iba a ocurrir en
aguas internacionales".
—¿Cómo salió de ahí la Heck-Miller?
—Prácticamente a solicitud de ella, cuando se vio
imposibilitada de responder, dijo "a nosotros nos gustaría, en
aras del tiempo, pasar al cambio de sede", un poco yéndose del
tema.
"El cambio de sede lo había expuesto inicialmente
Weinglass, en lo fundamental basado en la solicitud del nuevo juicio
por el precedente del caso Ramírez y las características de la
comunidad de Miami como un lugar donde es imposible obtener un
juicio imparcial para los Cinco.
"La Fiscalía se desvía y empieza a responder el argumento
en el sentido de que en el caso Ramírez había un abogado que le
gustaba hablar mucho con la prensa, que había hecho mucha opinión
antes del juicio y que entonces eso había afectado y había creado
un prejuicio en la comunidad.
"Con esa explicación la Fiscalía no estaba respondiendo el
argumento. El argumento es: naturaleza de la comunidad de Miami, no
es la prensa. Siguió por las ramas".
—¿Cómo valoras esta vista?
—A esta vista tienes que verla en beneficio del Juez, a esta
vista no vas a ganar, a esta vista tú vas a examinarte. Es como
prepararte para discutir una tesis ante un tribunal de profesores
que saben de Derecho, que te pueden hacer cualquier pregunta, puedes
llevar un discurso preparado que tal vez no hagas, porque te
interrumpen y tienes que ir por donde ellos quieran.
"En el argumento oral el abogado no tiene la capacidad de
lucirse. Lo que va es a pasar su examen ante el Juez, el examen que
él te quiera poner y en ese caso nosotros pasamos el examen,
aprobamos la asignatura y la Fiscalía no, esa es la idea que te
llevas.
"Concretamente la Fiscalía no pudo pasar la asignatura
porque le fue imposible responder a las preguntas que el Juez hizo y
las preguntas desde el punto de vista del Derecho son preguntas
inteligentes, que llevan a un razonamiento. Cuando se tiene el
elemento, la respuesta se da en dos palabras, pero cuando no es así
se da vueltas y se divaga, eso fue lo que hizo la Fiscalía.
"Al Juez le interesaba que expusiéramos los argumentos, que
venían con una coherencia".
RESPETO, HUBO RESPETO
Según refirió el abogado Roberto González la sala donde se
efectuó la audiencia tiene una capacidad de 40 personas y estaban
ahí alrededor de 50, "la gente tuvo que apretarse para poder
entrar, también fueron algunos interesados en asistir a la vista,
contrarios a nosotros".
—Pero, ¿hubo respeto?
—Sí, hubo respeto.
—A la salida de la vista, ¿cómo fue?
—En general todo tranquilo. Hubo un momento, a la salida de la
Corte, que estaban numerosas cámaras de televisión y los
periodistas, pero fue normal.
—Si procede el aspecto relacionado con el cargo tres, sobre
la conspiración para cometer asesinato, imputado a Gerardo, se les
cae el caso...
—Se le cae el caso a Miami, o sea, pierde, porque este es el
cargo que le da el sabor al juicio. Aclaro que el juicio es
político aunque no esté ese cargo.
"Los delitos de conspiración para cometer espionaje, el de
no inscribirse como agente extranjero y el de falsa identidad,
impactan a Estados Unidos como gobierno, la víctima es Estados
Unidos en ese caso, pero al incluir al cargo de conspiración para
cometer asesinato Miami pasa a ser protagonista.
"Es de allí, de Miami, de donde se han establecido las
demandas judiciales, es el lugar del dinero, es de donde se han
recibido recompensas. El juicio es político en su totalidad, pero
ciertamente Miami recibirá un golpe muy fuerte, en especial José
Basulto, si los jueces deciden que ese delito no se cometió, como
realmente fue".
—El tiempo para escuchar el veredicto.
—No existe un tiempo. La Ley no dice nada al respecto, unos
dicen de 60 a 90 días, otros cuatro meses, pero reitero, la Ley no
dice nada, estamos en un compás de espera.
—¿Cómo vio la prensa de Miami los resultados de la vista?
—Bueno, El Nuevo Herald planteó que hubo preguntas que
quedaron en el aire porque la Fiscalía no pudo responder.
"De nosotros nadie ha dicho que nos equivocamos, de lo
contrario ellos mismos se hubiesen encargado de hacerlo saber, se
refuerza el criterio de que fue una defensa coherente, unida, con
razones y argumentos.
"Por ejemplo William Norris, el abogado de Ramón, hizo una
argumentación muy buena en cuanto a sentencia y a él le hubiese
gustado argumentarla, sin embargo, le cedió el tema a Richard
Klugh.
"Esta audiencia tuvo una característica desde el punto de
vista de psicología, fue una vista de comunicación y si se le daba
tres minutos a cada abogado se rompía constantemente esa
comunicación.
"Expusieron los dos abogados que no habían participado en
el juicio: Richard, especialista en apelación de la oficina de
Joaquín Méndez, y Leonard Weinglass, ellos vieron el caso desde
una perspectiva fresca, el otro fue Joaquín, el más activo en lo
del cambio de sede.
"Fue un trabajo de grupo, ellos asumieron el espíritu que
hubiesen tomado sus clientes. Si a Gerardo, Fernando, Antonio, René
y Ramón les hubiesen preguntado, la respuesta, estoy seguro,
habría sido la misma".
—Sin exceso de optimismo.
—Nosotros no podemos creer que ganamos el juicio. En junio de
2001 pensamos que habíamos ganado y recibimos un veredicto en
contra, aunque obtuvimos la victoria realmente en el proceso.
"Ahora lo importante es que no dimos un paso atrás. El
riesgo que se corría en este momento de la argumentación oral era
que si no apruebas el examen das un paso atrás si no eres capaz de
responder al juez, pero nosotros nos mantuvimos en el mismo lugar y
la Fiscalía retrocedió.
"Nosotros demostramos que teníamos una buena argumentación
y la Fiscalía no, por lo tanto estamos en mejores condiciones de
obtener una sentencia que favorezca, pero eso no quiere decir que
sea así, pese a que debe ser así. No podemos confiarnos, tenemos
que seguir multiplicando el tema, las campañas en el mundo y dentro
de Estados Unidos.
"Nosotros solo pararemos cuando ellos estén aquí. No
podemos ver ningún momento, por alentador que parezca, como un
instante para detenernos, sino como un paso más hacia el
regreso".
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