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10 de marzo de 2004

Desde la sala de la vista oral

JEAN-GUY ALLARD
Enviado especial de Granma Internacional

MIAMI — “¡Están contra las cuerdas!” Esa frase la pronunció espontáneamente el abogado Paul McKenna al salir del tribunal de Miami, donde se había concluido minutos antes la vista oral en esta ciudad del caso de los Cinco Héroes Cubanos Prisioneros del Imperio.

La fiscal Christine Heck-Miller se vio en una situación embarazosa frente a varias de las preguntas de los magistratos de  la Corte de Apelación del Undécimo Circuito de Atlanta. 

Algunas  no esperaba enfrentarlas, por lo menos de la forma en que les fueron formuladas:

—¿Dónde esta la referencia a que él (Gerardo Hernández) sabía que iba a ocurrir el derribo de los aviones, en lugar de alguna otra defensa (de parte de Cuba) de su soberanía?, le preguntó el juez Birch, al referirse a la participación de Gerardo en el  incidente de los Cessna piratas sobre aguas jurisdiccionales cubanas.

Escondiendo difícilmente su nerviosidad, Heck-Miller trató de dar explicaciones, en las cuales empleó varios de los escasos minutos de que disponía.

—Si el cargo de asesinato esta retirado, ¿qué queda contra Hernández?, preguntó más tarde el juez Birch, lo cual hizo pensar a los observadores presentes, que se inclinaba a dudar de la validez del famoso cargo 3 que le valió al Héroe la más desproporcionada de todas las sentencias pronunciadas en contra de los Cinco.

 Mediante un alegato algo desubicado, Heck-Miller llegó hasta insinuar que el derribo de las avionetas era una estrategia de Cuba para emprender una “campaña de propaganda” contra Estados Unidos. Una reflexión bien propia del ámbito miamense que no dejó de sorprender a más de una persona en el público.

Anteriormente, el mismo juez había preguntado de repente a la abogada, la cual "navegaba"  en una argumentación algo alejada al tema discutido:

¿Y cuál es la vinculación de todo esto con un "asesinato"?

 Una situación similar se produjó cuando la misma representante del Gobierno norteamericano trató laboriosamente de replicar al abogado de Antonio, Leonard Weinglass, quien presentó los argumentos de la defensa sobre el tema del cambio de sede, apoyandose en la jurisprudencia.

 El letrado subrayó hasta qué punto la negación de un cambio de sede por la jueza Lenard fue inexplicable, ya que más tarde se contradijo por la propía Fiscalía en el caso de un funcionario de los servicios de Inmigración en Miami, de apellido Ramírez, quien presentó una demanda contra el Gobierno con la acusación de haber sido discriminado por ser cubano.

La Fiscalía, en ese caso solicitó un cambio de sede debido a que en Miami no se podía juzgar a un cubano porque el ambiente era desfavorable.

Con cierta desesperación, tratando de defender su posición, la abogada hizo varias referencias al caso de Elián González y al “sensacionalismo” de la prensa, del cual se beneficiaba Ramírez, dando de hecho la razón a los defensores de los Cinco quienes, precisamente, propusieron que el juicio fuera ventilado en otra ciudad por considerar que no se podía encontrar imparcialidad en una Miami dominada por extremistas.

Uno de los defensores, Joaquín Méndez, subrayó que los perjuicios encontrados en Miami en el curso de los procedimientos no se manifestaron sólo en la selección del jurado, sino también cuando el cabecilla José Basulto, con pasado terrorista, calificó públicamente a un letrado defensor de “espía comunista”, lo que equivale a una amenaza de muerte en esta ciudad.

En otra ocasión, relató, individuos desconocidos aparecieron en la sala de la audiencia con uniformes de los que usan grupos paramilitares.

El tema de la conspiración por espionaje apenas fue mencionado en esta vista oral que tuvo lugar ante los jueces Birch, Kravich y Oakes, en una vasta sala, con paredes de madera preciosa y grandes luminarias de estilo romano, donde unas cincuenta personas ocupaban seis grandes bancos y unas sillas.

Esta vez, la mafia de Miami se abstuvo de manifestarse ruidosamente, como lo hizo con mucha arrogancia durante el juicio, cuando varios jurados tuvieron que quejarse de que eran víctimas de tácticas de intimidación.

Su presencia se redujó a una pequeña “delegación” de media docena de elementos contrarrevolucionarios, entre los cuales había algunos que, curiosamente, se manifestaron en Panamá en apoyo al terrorista internacional Luis Posada Carriles.

Sin embargo, la presencia de personajes sospechosos vinculados a grupos terroristas fue advertida en el vecino  hotel donde se radicaron los representantes de los comités de solidaridad en el momento mismo en que se discutía el caso ante la corte.

“ESTAMOS EN VÍA DE OBTENER JUSTICIA”

 “¡No tenían varias de las respuestas que la Corte solicitaba!”, comentó Paul McKenna al llegar a la acera en las afueras, donde representantes de la prensa esperaban a los defensores. "Estamos muy satisfechos. Pienso que los jueces considerarán con mucha atención este caso. Particularmente los cargos de  conspiración para asesinato. Ellos hicieron muchas preguntas al Gobierno (la Fiscalía). Y pienso que estamos en vía de obtener justicia para los Cinco muchachos”.

 “Me parece que no creen que haya evidencias suficientes para sostener el cargo 3 (de conspiración para asesinato). Y que estan también preocupados por el hecho de que no hubo cambio de sede, cuando el propio Gobierno lo demandó después (con el caso Ramirez). También estan preocupados con las sentencias, porque las condenas a cadena perpetua fueron dictadas a pesar de que no hubo ningún daño a la seguridad nacional”, analizó.

  Por su parte, Leonard Weinglass subrayó una vez más, al salir del tribunal, que “los acusados no pedian más que un cambio mínimo, que no causaba inconveniente real al Gobierno” en su solicitud de variar la sede y que la Fiscalía trató de aprovechar el clima politíco muy particular de Miami.

Joaquín Méndez se mostró muy satisfecho de que los jueces “hayan hecho énfasis en el cargo 3, la acusación en la que tienen menos pruebas para sostener el veredicto”.

 “Parece que les preocupó también la severidad de las sanciones por espionaje”, dijo, mientras estimó que las preguntas del tribunal indican que tiene buen conocimiento del conjunto de la documentación de la apelación  del caso, particularmente complejo.

 De manera evidente, el anuncio publicado en The New York Times a favor de los Cinco y el reportaje de siete minutos difundido cinco veces por la cadena televisiva Fox, han despertado la atención de la prensa norteamericana, que había permanecido muda frente a esta caso, a pesar de sus características muy particulares.

La cadena CNN en español se refirió al juicio en varias oportunidades, así como la agencia noticiosa AP, mientras las cámaras de siete cadenas de televisión estaban presentes tanto a la salida del tribunal cómo en la conferencia de prensa que siguió en el Hotel Sheraton de Miami.

Sin embargo, en esta última opórtunidad, periodistas, de medios vinculados a la cúpula mafiosa, trataron sin éxito de ‘orientar el debate’, demostrando con su obstinada posición  hasta qué punto la metropoli floridana no puede ser sede de un juicio imparcial sobre cualquier tema relacionado con Cuba.

A PRUEBA LA JUSTICIA NORTEAMERICANA

El conjunto de los reporteros escucharon con mucho interés las intervenciones tanto de Weinglass como de varios juristas internacionales presentes en la conferencia de prensa.

Carlos Zamorano, de Argentina, quien representa la Asociación Americana de Juristas y la Liga Argentina por los Derechos Humanos, subrayó cómo su país sufrió el terrorismo cubano-americano a través de la Operación Cóndor y dijo esperar una decision favorable de la corte “para honra de la Justicia norteamericana” ante el flagelo del terrorismo.

 “La propia Constitución de Estados Unidos está del lado de los Cinco”, valoró por su parte Edith Flamand, de la Red de Abogados Progresistas de Bélgica, mientras el abogado italiano Fabio Marcelli, de la Asociación Internacional de Abogados Democráticos, reclamó independencia de la justicia ante las maniobras constantes del poder ejecutivo norteamerricano y denunció las “contradicciones flagrantes” en las pretensiones de la fiscalía en cuanto al cambio de sede.

 “No hay pruebas suficientes” para sostener los cargos, señaló por su parte Everhard Schultz, de la Liga de Derechos Humanos, quien también representaba a la Asociación de Abogados de Berlín, adonde próximamente viajará el abogado Weinglass para llevar a la capital de Alemania la causa de los antiterroristas cubanos.

 A nombre de la National Lawyers Guild de Estados Unidos, el jurista Ian D. Thompson, de Los Angeles, justificó ante la prensa el gran interés de esta organización  desde que se realizó un amplio análisis de este caso de injusticia flagrante.

 “¡La justicia triunfará!” , proclamó el sacerdote británico Geoff Bottoms, dirigente del comité britanico de apoyo a los Cinco, dirigiendose al pueblo norteamericano." Su sistema judicial tiene tanto la capacidad como la competencia para ello”, afirmó.

Gloria LaRiva ,coordinadora del Comité norteamericano de Solidaridad  Free The Five, aprovechó para mencionar la existencia en el mundo de cientos de grupos que apoyan a los cubanos en su lucha para obtener justicia.

 “Ahora rompimos el muro del silencio!” proclamó la joven animadora del grupo solidario con evidente satisfacción, después de años de una difícil lucha para divulgar la causa de los patriotas cubanos.

 La noche anterior, el martes, el grupo de juristas solidarios de los Cinco se había reunido con numerosos cubano-americanos en la sala de la Alianza Martiana, una organización que congrega varias organizaciones miamenses que reclaman el respeto a la soberanía de Cuba y la normalización de las relaciones entre Cuba la isla y Estados Unidos.

En esta oportunidad, el periodista Max Lesnik lanzó un vibrante llamamiento a que se ponga fin al terrorismo miamense y saludó el inmenso valor de los Cinco en esa lucha.

“Lo que fueron a defender no es solo a Cuba que es su Patria, que es la nuestra. Fueron a defender también a los Estados Unidos”, reclamó Max y denunció “la actitud incomprensible, soberbia y arrogante de una dirección política miope que no entiende cómo llevarse bien con el mundo”.
 

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