El Foro de Sao Paulo sobrepasó la prueba del tiempo
El jefe del Departamento de Relaciones
Internacionales del Comité Central del Partido, José Ramón Balaguer
Cabrera, habla con Granma sobre la trascendencia de este Foro, cuyo
Grupo de Trabajo efectuará una nueva reunión en La Habana entre el
29 y 30 de abril próximo.
SERGIO ALEJANDRO GÓMEZ
Al
sencillo hotel Danubio, en el barrio Bella Vista de Sao Paulo, llegó
una visita insólita el 4 de julio de 1990. Representantes de decenas
de partidos y movimientos políticos progresistas y de izquierda de
toda América Latina y el Caribe se reunieron allí para debatir
durante tres días sobre la crisis del llamado "socialismo real" y
plantear estrategias frente al avance del neoliberalismo.
Nunca antes se había congregado en un solo evento tan amplio,
diverso y heterogéneo mosaico ideológico de la izquierda regional.
Todos respondían a la convocatoria que el brasileño Partido de los
Trabajadores (PT) había hecho al primer Encuentro de Partidos y
Organizaciones Políticas de Izquierda de América Latina y el Caribe,
nombre original de lo que hoy conocemos como Foro de Sao Paulo.
Pero la idea venía de antes, fruto de una reunión en Cuba entre
Luiz Inácio Lula da Silva, dirigente del PT y futuro presidente
brasileño, y el líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
En el mundo, los periódicos de ese 4 de julio recogían los
caóticos acontecimientos del 28º Congreso del Partido Comunista de
la Unión Soviética. Justo un día antes, el ministro de Exteriores
soviético, Edvard Shevardnadze, había reconocido ante 5 000
delegados que a la URSS le importaba bien poco lo que sucedía en el
campo socialista.
En el vórtice de aquellos acontecimientos, estaba el entonces
embajador cubano en la Unión Soviética, José Ramón Balaguer Cabrera,
miembro del Buró Político del Partido.
"Yo estaba allí —recuerda— precisamente en los momentos en que se
estaban desarrollando los grandes problemas que culminaron en la
desaparición de la URSS y la liquidación del socialismo en Europa
del Este.
"El entorno era bastante complicado para las fuerzas de izquierda
y revolucionarias en Latinoamérica y el Caribe. La palabra
imperialismo dejó de pronunciarse y de socialismo ni se hablaba.
Algunos partidos cambiaron de nombre. Incluso algunos consideraron
que ya no había necesidad de hacer revolución.
El encuentro de Lula y Fidel, con su liderazgo y principios, fue
muy importante para lograr esa primera reunión en 1990. Su principal
objetivo era convocar las fuerzas de izquierda y demostrar que, a
pesar de lo que estaba sucediendo en el mundo, existían las
posibilidades para lograr una revolución social, y que era factible
alcanzar una sociedad con justicia e igualdad de oportunidades".
Balaguer rememora que tuvo siempre presente aquellos recuerdos
cuando asumió la jefatura del Departamento de Relaciones
Internacionales del Comité Central del Partido, uno de los
fundadores del Foro de Sao Paulo y miembro de su Grupo de Trabajo.
Aunque muchos auguraban la pronta defunción del naciente
mecanismo, durante más de dos décadas el Foro ha desarrollado 18
encuentros exitosos en distintas ciudades de la región, desde
Montevideo a Ciudad de México y sus filas se han engrosado hasta
alcanzar casi un centenar de organizaciones.
La discusión, el diálogo y el respeto a las posiciones de cada
movimiento están entre las claves de ese éxito, afirma Balaguer.
"Se ha buscado siempre lograr un objetivo común, teniendo en
cuenta que lo que estamos desarrollando es un camino hacia el
socialismo. No existe un modelo de socialismo en el mundo y el único
que había, desapareció.
"Otro aspecto trascendental —precisa— ha sido determinar siempre
dónde está el enemigo principal, que desde el inicio ha estado
claro: los Estados Unidos y su determinación de impedir que haya una
integración latinoamericana, como lo planteó Simón Bolívar hace más
de dos siglos."
AMÉRICA LATINA Y EL
CARIBE VIVEN UN MOMENTO TRASCENDENTAL EN SU HISTORIA
A diferencia de aquella etapa fundacional, cuando la hegemonía
neoliberal parecía absoluta y Cuba era el único país de la región
con un proyecto social alternativo al capitalismo, el balance de
fuerzas actual es muy distinto, con muchos de los movimientos y
fuerzas políticas del Foro ejerciendo un protagonismo desde el
poder.
"Cuando parecía que el socialismo desaparecía de la faz de la
tierra, se produce este fenómeno revolucionario al que asistimos en
América Latina. Se vuelve a mencionar esa palabra en nuestra región.
"En la historia de nuestro continente y de las relaciones de
América Latina con los Estados Unidos, no ha habido un momento como
el actual."
Balaguer destaca lo que significó a finales del siglo pasado el
triunfo del proyecto bolivariano en Venezuela y la figura de su
líder histórico, Hugo Rafael Chávez Frías, un fenómeno social y
revolucionario que ha transformado completamente la situación en
América Latina y el Caribe.
El proyecto de integración regional que se consolida hoy, en el
cual Cuba ha asumido su justa posición tras décadas de agresiones y
aislamiento, no habría sido posible sin la presencia de la
Revolución Bolivariana, la Revolución Ciudadana de Rafael Correa en
Ecuador, la presidencia del primer indígena en la historia de
Bolivia, Evo Morales, el empuje de países como Brasil, Argentina y
México, así como el aporte de cada una de las naciones de nuestra
región, refiere.
"Quién podía pensar hace algunos años que se lograría una
integración latinoamericana sin los EE.UU. No en balde la creación
de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fue
valorada por el General de Ejército, Raúl Castro, como el hecho
institucional más importante de los últimos 200 años", comenta.
Balaguer cita las palabras del Presidente cubano durante la
pasada Cumbre de la CELAC en Chile, cuando dijo que "sin nuestra
unidad, nada sería posible y todo lo logrado se perdería".
"Y es que, como definió Raúl, la garantía de la real
independencia de nuestros países depende de la integración.
"En este mismo sentido es que tienen que jugar su papel los
partidos de izquierda para, unidos, influir en la realidad de cada
una de sus naciones, inclusive dentro del sistema, que es lo notable
de los procesos que se están produciendo."
Todos nuestros países —señala— aún son extremadamente vulnerables
a la agresividad de los Estados Unidos y las maniobras de la
burguesía, como demuestran el golpe de Estado en Honduras, el
parlamentario en Paraguay y los intentos desestabilizadores en
Venezuela tras las elecciones.
EL GRUPO DE TRABAJO DEL FORO REGRESA A LA HABANA
La capital cubana ha sido sede de dos encuentros anuales del
Foro, en 1993 y en el 2001. En el 2006 acogió una reunión de su
Grupo de Trabajo, el cual regresará a La Habana a finales de abril.
Esta ocasión es una oportunidad de mostrar a las decenas de partidos
y movimientos invitados cómo marcha la actualización del modelo
económico cubano.
"Vamos a tratar que todos los que participen en el Foro se
actualicen sobre la situación en nuestro país y la implementación de
los Lineamientos económicos y sociales de la Revolución Cubana y el
Partido, así como de las relaciones internacionales de Cuba, sus
posiciones y sus principios.
"El objetivo de este proceso, como ha quedado claro, es
fortalecer nuestra sociedad y el camino cubano hacia el socialismo.
Nosotros explicaremos cómo se está aplicando y la seguridad y la
confianza que tenemos en que lo vamos a lograr.
"Las manipulaciones que se intentan hacer desde afuera para
asegurar que nuestras transformaciones buscan destruir el
socialismo, no son más que el reflejo de sus deseos de que sigamos
un camino que nos conduzca a aquella sociedad que dejamos atrás."
Por otra parte, el Partido Comunista de Cuba presentará a los
asistentes un documento titulado Necesidad de la unidad de la
izquierda en América Latina y el Caribe. El texto —refiere—
convoca a la unidad de los partidos de izquierda que tienen un
objetivo común: forjar una sociedad diferente. Asimismo, llama a
lograr un trabajo de conjunto que, respetando las características de
cada cual, pueda sostener y apoyar los distintos procesos
revolucionarios y progresistas que viven nuestros países.
El hotel Danubio, donde todo comenzó, está hoy clausurado y
olvidado en la avenida Brigadeiro Luis Antonio de la moderna urbe
brasileña. Sin embargo, cada nuevo encuentro, debate y acción que
emana de este mecanismo es una prueba de que, en palabras de
Balaguer, el Foro de Sao Paulo ha sobrepasado la prueba del tiempo y
sigue siendo un ámbito apropiado para elevar la conciencia por la
unidad de los partidos de izquierda de nuestra región. |