Muchos padres se quejan del desinterés de sus hijos hacia las
causas altruistas, solidarias, sustentables. Tienen la impresión de
que una parte considerable de la juventud solo busca riqueza,
belleza y poder. Y que ya no se mira en líderes volcados hacia las
causas sociales, al ideal de un mundo mejor, como Gandhi, Luther
King, Che Guevara y Mandela.
¿Qué le hace falta a la nueva generación? Le faltan instituciones
productoras de sentido. Hay que imprimirle sentido a la vida. Mi
generación, la que cumplió los veinte años en la década de 1960,
tenía como productores de sentido a las iglesias, a los movimientos
sociales y a las organizaciones políticas.
La Iglesia Católica, renovada por el concilio Vaticano 2° ,
suscitaba militantes imbuidos de fe e idealismo, por medio de la
Acción Católica y de la pastoral de la Juventud. Queríamos ser
hombres y mujeres nuevos. Y crear una nueva sociedad, fundada en la
ética personal y en la justicia social.
Los movimientos sociales, como la alfabetización por el método
Paulo Freire, nos desacomodaban, nos lanzaban al encuentro de los
estratos más pobres de la población, educaban nuestra sensibilidad
hacia el dolor ajeno causado por estructuras injustas.
Las organizaciones políticas, casi todas clandestinas en tiempo
de la dictadura, nos inyectaban conciencia crítica y un cierto
espíritu heroico que nos fortalecía ante los riesgos del combate al
régimen militar y a la injerencia del imperialismo usamericano en
América Latina.
¿Cuáles son hoy las instituciones productoras de sentido? ¿Dónde
se puede adquirir una visión del mundo que desentone de la
multividencia neoliberal centrada en el monoteísmo del mercado? ¿Por
qué el arte es considerado como mera mercancía, tanto en su
producción como en su consumo, y no como creación capaz de suscitar
en nuestra subjetividad valores éticos, perspectiva crítica y
apetito estético?
Las nuevas tecnologías de comunicación provocan el surgimiento de
redes sociales que, de hecho, son virtuales. Y ahogan a las redes
verdaderamente sociales, tales como sindicatos, gremios,
asociaciones, grupos políticos, que aproximaban a las personas, les
infundían complicidad y las reunían en diferentes modalidades de
militancia.
Ahora el intercambio de informaciones y opiniones supera el
intercambio de formación y las propuestas de movilización. Los
megarrelatos están en crisis y se muestra poco interés por las
fuentes de pensamiento crítico, como el marxismo y la teología de la
liberación.
Sin embargo, como se decía antes, nunca las condiciones objetivas
han sido tan favorables para operar cambios estructurales. El
capitalismo está en crisis, la desigualdad social en el mundo es
alarmante, los pueblos árabes se rebelan, Europa se incomoda con 25
millones de desempleados, mientras que en América Latina crece el
número de gobiernos progresistas, emancipados de las garras del Tío
Sam y suficientemente independientes, hasta el punto de haber
elegido a Cuba para presidir la Conferencia de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Actualmente va adquiriendo fuerza un desorden entre lo que se ve
y lo que se quiere. Hay multitud de jóvenes que solo apetece un
lugar al sol, sin darse cuenta de las espesas sombras que les tapan
el horizonte.
Cuando no se desea cambiar el mundo, se privatiza el sueño
modificando el pelo, la ropa y la apariencia. Cuando no se intenta
derribar muros, se hace un tatuaje para marcar en el cuerpo su
escala de valores. Cuando no se inyecta utopía en las venas, se
corre el peligro de inyectarse drogas.
No fuimos creados para ser ovejas en un inmenso rebaño retenido
en el corral del mercado. Fuimos creados para ser protagonistas,
inventores, creadores y revolucionarios.
¿Cuándo Hércules podrá reventar las cadenas de Prometeo y evitar
que el consumismo prosiga comiéndole el hígado? "Prometo lograr que
esperanzas ciegas vivan en el corazón de los hombres", escribió
Esquilo. ¿Dónde beber esperanzas lúcidas si las fuentes de sentido
parecen estar resecas? Parecen, pero no desaparecen. Las fuentes
siguen ahí, a ojos vistas: la espiritualidad, los movimientos
sociales, la lucha por la preservación ambiental, la defensa de los
derechos humanos, la búsqueda de otros mundos posibles. (Tomado
de Adital)