Edimburgo, su más reciente presentación les deparó el metal
plateado, a pesar de una puntuación que se puede catalogar de pobre
en la elite mundial: 399.53 unidades. Aunque por esas cosas que
tiene el destino fueron las 24 rayas conseguidas allí las que los
catapultaron hasta el segundo lugar momentáneo del ranking de
la competición con 63 puntos. Claro está, seamos objetivos: Los
chinos se ausentaron de la parada en suelo británico y le dieron un
respiro a los rusos, pues antes en Beijing y en Dubai ejercieron su
hegemonía, la cual intentarán refrendar ahora en la urbe moscovita,
escenario al que también concurrirán los ingleses Peter Waterfield y
Max Brick.
En esas dos fases iniciales la dupla antillana recaló cuarta y
tercera, respectivamente, amparada en acumulados de 397.17 y 417.39.
Todo parecía indicar que de seguir carburando mejorarían su total en
Gran Bretaña. De haberlo conseguido el binomio de Victor Minibaev-Artem
Chesakov (415,50) no se hubiera colgado el oro en su pecho.
Gracias a su estabilidad, (sendos segundos puestos en China y
Emiratos Árabes Unidos, además del cetro en Inglaterra), los rusos
comandan el escalafón con 75 unidades, y será muy difícil que los
del gigante asiático, que cierran la tabla con 54 por detrás de los
aztecas Iván García-Germán Sánchez (60), logren desplazarlos de la
cima, no con una comparecencia menos al tanque y cuando le restan
tres paradas al circuito (Guadalajara y el Distrito Federal las
restantes) contando la que comienza hoy en Rusia.
De vuelta a lo acaecido en Gran Bretaña, varios problemas
afrontaron los nuestros tras dos ejecuciones obligatorias
prácticamente impecables, así dieron fe de sus calificaciones entre
8.5 y 9, pero luego en el cuarto y quinto intentos, las tres vueltas
y media por dentro, y el giro en holandés, falló la sincronización.
Eso les impidió superar los 400 puntos, además del inconveniente
adicional de la llegada abrupta a la sede, debido a problemas con
las conexiones aéreas durante su viaje, declaró el propio Guerra al
semanario deportivo Jit.
Al menos han sido escollos de otra índole y no el fantasma de las
lesiones, los que han golpeado a nuestros ornamentalistas en la
presente temporada. Su preparación fue acelerada y hasta un tanto
intermitente, producto de los problemas en el Complejo de Piscinas
Baraguá. Emigraron hacia la EIDE de Matanzas, allí establecieron su
cuartel general, y en el segmento final de su entrenamiento
optimizaron la puesta en forma sacándole el máximo de provecho a una
base de entrenamiento de tres semanas en Canadá.
Así se estrenaron competitivamente en el Grand Prix de Madrid,
compilaron 388.80 y como siempre la capital ibérica les deparó podio
de premiaciones, plata para ser más exactos.
Lo cierto es que de cara al Mundial de deportes acuáticos de
Barcelona, del 19 de julio al 4 de agosto próximos, nuestro dueto
está urgido de montar el salto de cuatro y media vueltas al frente
con piernas y torso recogidos, con grado de dificultad de 3.9. De
conseguirlo elevarían sobremanera la complejidad de su programa. En
la actualidad las dos vueltas y media al frente con dos giros y
medio (3.7) constituyen su principal ejecución.
Tres fases que devendrán cruciales, no solo en pos de lograr una
ubicación de privilegio en una de las competiciones más prestigiosas
del clavados en la elite mundial, sino por el hecho de ir engranando
cada vez más los elementos técnicos y de sincronización de cara a la
cita universal en la ciudad Condal. Shangai fue una edición
desafortunada por completo. Allí culminaron en la duodécima posición
con apenas 371.82 unidades, tras el bronce de Roma (456.60).
Hurgando en la historia del binomio Guerra-Aguirre, acoplados
desde que cayó el telón de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008,
descubrimos que fueron terceros en la versión de la Serie Mundial
del 2010 con 60 unidades, y mejoraron al segundo lugar al año
siguiente (75). ¿Del 2012? Conocemos todas las dificultades que
afrontaron. Y en la presente versión, hasta México no se conocerá la
verdad definitiva.