NACIONES UNIDAS.— El enviado especial conjunto de la ONU y la
Liga Árabe (LA) para Siria, Lahkdar Brahimi, declaró que sigue en
esa función, aunque admitió que "todos los días pienso que debería
renunciar".
Quizá
algún día renuncie, ese día se enterarán, añadió para desmentir las
versiones relativas a que dejaría el cargo de mediador en rechazo a
la decisión de la LA de entregar a la oposición siria el asiento del
gobierno de Damasco en esa organización.
El excanciller argelino informó este viernes al Consejo de
Seguridad sobre la marcha de sus gestiones en busca del cese de la
violencia y la apertura de un diálogo político que ponga fin al
conflicto en Siria.
Afirmó que ha logrado algunos avances en sus contactos con
Estados Unidos y Rusia para que contribuyan a lograr ese objetivo.
Brahimi insistió en la necesidad de unificar opiniones entre los
15 miembros de ese órgano de la ONU y opinó que en estos momentos
hay conciencia de que la situación es grave y no hay tiempo que
perder.
Por otro lado, alertó que no debe subestimarse la creciente
proliferación del extremismo en el país árabe.
Antes de su comparecencia de hoy ante el Consejo de Seguridad,
Brahimi sostuvo reuniones por separado con representantes de los
países miembros permanentes de esa instancia: Rusia, China, Francia,
Estados Unidos y Reino Unido.
También conversó el martes con el secretario general de la ONU,
Ban Ki-moon.
El diplomático argelino ejerce su actual función desde agosto del
año pasado, cuando reemplazó al ghanés Kofi Annan, quien abandonó
ese puesto ante la falta de avances en su gestión.