"Todavía no salgo de la emoción por las noticias de estos días
relacionadas con nuestro país, y luego de haber leído el discurso de
Raúl y saber de la presencia de Fidel en la Asamblea. No sé si
"emoción" sea la palabra que mejor lo defina, porque en realidad son
muchos sentimientos encontrados, incluyendo algo de tristeza por no
poder estar allá en este momento histórico y trascendental para
nuestra Patria. Pero si en medio de esa mezcla de sentimientos hay
uno que sobresale por encima de los demás, es el orgullo. Orgullo de
ser cubano y de vivir estos tiempos del lado de los revolucionarios,
del lado de los que hemos sido fieles a toda costa, de los que hemos
resistido todos los vendavales sin amedrentarnos, sin rendirnos, y
sin vendernos.
Orgullo de ver cómo nuestro pueblo cierra filas nuevamente con
sus dirigentes históricos y con los que van recibiendo la antorcha
para limpiar el polvo de los años y de tanto camino andado, y
devolver todo su esplendor a ese proyecto con el que tantos cubanos
aprendimos a soñar. Orgullo de saber que vamos por el camino
correcto. Y para saberlo no hay más que ver cómo nuestros enemigos
se han quedado boquiabiertos, porque aquellos que por medio siglo
han vivido de la mentira y del odio contra la Revolución Cubana hoy
no saben qué hacer con sus viejos y ya inservibles guiones.
Orgullo porque contra viento y marea la Revolución ha cumplido ya
54 años, un mes y veinticinco días, y sigue pa’lante... A los Cinco
nos han quitado el privilegio de vivir este momento histórico junto
a nuestro pueblo. Nos lo han quitado casi todo. Hasta la ropa que
tenemos puesta nos la pueden quitar... Pero un orgullo tan grande
como ese lo vivimos día a día, y NADIE nos lo quita. Un fuerte
abrazo a todos. ¡Hasta la Victoria Siempre! Gerardo".