Aunque la mayor afectación se produjo en los 6 200 metros
cuadrados de la cubierta a dos aguas y la carpintería metálica y de
cristal, el arquitecto Javier de Moya Silva prefiere graficar la
magnitud de los vientos con los severos daños ocasionados al telón
corta fuegos, una especie de puerta gigante de 22 metros de ancho y
12 de alto que se acciona mediante winches.
"Este —explica—, es el único teatro en Cuba que cuenta con ese
medio de seguridad contra incendios de estructura en forma de
esqueleto metálico laminado en acero. El viento que logró penetrar a
través de la puerta trasera del postescenario se coló por una
rendija del enorme telón y lo deformó hasta inflarlo como un globo".
De Moya Silva fue hace más de 25 años el especialista principal
de la construcción del teatro y la Plaza de la Revolución, obras
sobre las cuales mantiene tras su jubilación un sentido de
pertenencia tal que al enterarse de los daños se presentó de
inmediato en el Heredia para brindar su ayuda.
La reconstrucción de la obra, que constituye un verdadero desafío
al rigor, fue confiada a una brigada compuesta por diez
especialistas en montaje de la Empresa Constructora de Obras
Industriales no.11, habituados a trabajar en la altura y que por
demás cuentan con dos participantes en la colocación de la cubierta
original.
"Realmente —señala Jesús Rubén Fernández Pozo—, constituye un
orgullo haber sido el ejecutor tanto en la construcción del teatro
como ahora en su reparación, porque me siento como si estuviera
arreglando el techo de mi casa, satisfacción que comparto con José
Moracén Isaac, quien en ambas ocasiones ha estado conmigo.
"Se trata de un trabajo muy complejo y a la vez delicado
—refiere—, porque tenemos que colocar con el máximo de seguridad y
bajo el intenso calor de los rayos del sol sobre la cubierta
metálica, 525 tejas de más de 11 metros de largo y uno de ancho,
cuyo peso supera los cien kilogramos.
"Hasta el momento tenemos montadas 152 tejas, que tras el izaje
mediante grúas imponen la más cuidadosa manipulación a 24 metros de
altura. Por medidas de seguridad debemos esperar primero que el sol
seque el rocío de esta superficie resbaladiza, no podemos maniobrar
bajo la lluvia ni sometidos a fuertes vientos.
"Por suerte el ciclón nos dejó las tejas mexicanas grecadas, de
ahí que podamos decir que estamos colocando un techo nuevo sobre la
base que tenía el arrancado por los vientos, lo cual da mucha
seguridad pero exige precisión en la fijación pues se realiza con
elementos ocultos bajo el falso techo".
Ascendente a unos 350 mil pesos en divisas y casi un millón y
medio en moneda nacional, la inversión cuenta con todos los recursos
asegurados, que incluyen 31 mil 500 tornillos de varias dimensiones
destinados a la fijación de las tejas y a los remates de cubiertas y
aleros, estos últimos a realizarse sobre cestas al vacío.
"Para este compromiso tenemos caladoras, roscadoras, taladros,
herramientas eléctricas requeridas, y lo más importante: un alto
espíritu de trabajo", destaca Carlos Rafael Colet, quien labora en
lo alto de la cubierta junto a Ramón Díaz, Guelmi Rodríguez, Yudais
Fuentes y Sergio Enrique Rollo.
Respecto al aislamiento térmico, la acústica e
impermeabilización, tanto De Moya Silva como Jesús Rubén Fernández
confían en la calidad con que se ejecutan los trabajos, a la vez que
avalan la seguridad que contra fuertes vientos ofrecen el tipo de
tornillo empleado y la distancia a que son colocados.
Para complementar la rehabilitación, los trabajadores de la
instalación se encuentran inmersos en la recuperación de las áreas
verdes, la reposición de más de cien metros cuadrados de falso
techo, en la sustitución de las luminarias dañadas y en la pintura
de las áreas que lo necesitan.
La vistosa marquetería de aluminio con su amplia cristalería está
prácticamente a punto de concluir por especialistas de la empresa de
equipos médicos RETOMED, mientras que artistas de la Asociación
Caguayo reparan el vitral de acrílico que distingue al café
cantante.
"Instalación emblemática del territorio —destaca David Muñiz
Díaz, subdirector del Heredia—, esperamos que en la primera quincena
de mayo el teatro reabra sus puertas para brindarle a lo
santiagueros una programación artística de primer nivel y garantizar
cualquier acontecimiento relacionado con el aniversario 60 de la
gesta moncadista".