La Casa Blanca afirma que detener inmigrantes cuesta mucho dinero
y justifica la reciente liberación de un número no determinado de
ellos culpando a los recortes automáticos de presupuesto federal.
Pero, hasta ahora, ni demócratas ni republicanos se habían
quejado jamás de un sistema carcelario paralelo que desde hace más
de una década —particularmente desde los ataques terroristas del 11
de septiembre del 2001— ha crecido sin parar, consumiendo cada vez
más dinero del presupuesto del país.
Si ambos partidos han sido cómplices de este continuo aumento,
otros se han beneficiado directamente de este estado de cosas, entre
ellos las compañías de cárceles privadas en donde está detenida más
de la mitad de la población carcelaria inmigrante del país, las
cuales, por años han cabildeado y contribuido con fondos a políticos
en busca de solidificar su negocio.
En las cifras está claro: la cantidad de camas ocupadas
diariariamente por detenidos de las autoridades migratorias se
quintuplicó en un periodo de 15 años, con un costo para el gobierno
y para los contribuyentes que pagan la factura. Solo para el año
fiscal presente (2013), el presupuesto de la sección de "Actividades
de custodia" del Departamento de Seguridad Nacional fue de 1 900
millones de dólares.
Esto no incluye los demás costos de seguridad nacional y control
fronterizo, varios miles de millones más. Solo en el año fiscal
2012, el gobierno está gastando 4 000 millones de dólares en
tecnología para la seguridad Nacional.
Este flujo de dólares ha beneficiado enormemente a las compañías
que se dedican al ramo de las cárceles privadas y la seguridad
nacional.
"Creo firmemente que las oportunidades con el gobierno federal
solo crecerán como resultado de lo que ocurre. Esas personas que
cruzan la frontera y son arrestadas tendrán que ser detenidas y
según mi forma de pensar, eso solo puede mejorar las oportunidades
para lo que nosotros hacemos", dijo Wayne Calabrese, presidente de
GEO Group, una corporación que construye, compra y maneja prisiones
privadas y que administra siete centros de detención privados para
inmigrantes con capacidad para casi 8 000 camas.
Por ejemplo, dos megaempresas, Geo Group y CCA, que controlan
conjuntamente un 75 % del mercado de las prisiones privadas, han
vivido un "boom" de crecimiento en los últimos años, balanceando lo
perdido en contratos estatales con el contínuo crecimiento en el
gasto federal para detener inmigrantes y sus ingresos combinados en
el año 2010 fueron de casi 3 000 millones de dólares. Desde el 2001,
CCA ha tenido un aumento de ingresos del 88 % y GEO, de un 121 %.
La mayoría de sus negocios están en contratos para prisiones
estatales, pero no es allí donde está el futuro para ellas: los
gobiernos estatales no tienen dinero para nuevas prisiones.
Por años, el negocio de la detención de inmigrantes ha sido
boyante, y por ahora, a pesar de los problemas presupuestales, no ha
dado señal de que vaya a disminuir, aunque una reforma migratoria
amplia podría poner en peligro las ganancias de estas empresas.
El área de seguridad fronteriza es donde el negocio sigue
próspero para muchas empresas del ramo. Como lo explicó el año
pasado Michael Rosenberg, vicepresidente de la compañía que esta
semana organiza la conferencia de 2012 sobre seguridad en la
frontera, en Phoenix, Arizona: "Las reducciones en el presupuesto
militar hace que empresas de seguridad y defensa busquen otras áreas
para hacer negocios". (Tomado de La Opinión)