El 
			gobierno de Estados Unidos destinó 205 millones de dólares de 1996 a 
			2011 a programas encubiertos bajo el supuesto de promover la 
			democracia en Cuba, denunció este jueves la Cancillería.
			LA HABANA. —De acuerdo con una nota, la Oficina de Auditoría del 
			Gobierno de Estados Unidos (GAO, por siglas en inglés) analizó el 
			pasado mes de febrero programas subversivos diseñados desde 
			instituciones oficiales para promover el derrocamiento del gobierno 
			en ese período.
			El texto, divulgado en la página digital del Ministerio de 
			Relaciones Exteriores (MINREX), precisa que dicho informe se refiere 
			en particular al accionar encubierto contra este país por parte de 
			la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y el 
			Departamento de Estado.
			En el análisis se expone que del monto total dedicado por esas 
			agencias en el tema Cuba, el 87 por ciento fue gastado desde el 
			2004, o sea, los ocho años comprendidos entre el segundo gobierno de 
			George W. Bush y el primero de Barack Obama.
			La cifra total, sin embargo, enfatiza la Cancillería, no incluye 
			los 30 millones de dólares anuales destinados por Washington para 
			financiar las transmisiones subversivas e ilegales hacia Cuba de las 
			emisoras Radio Martí y TV Martí.
			Tampoco se cuentan en la suma los fondos presupuestarios 
			dirigidos secretamente a los programas y actividades de la comunidad 
			de inteligencia que derivan de la política anticubana, ni los fondos 
			discrecionales que el poder ejecutivo pudiera utilizar, también en 
			secreto, para esos mismos fines.
			«La sumatoria de todos esos fondos daría la medida real de los 
			esfuerzos que aún hace el gobierno de Estados Unidos para apuntalar 
			una política fracasada, a costa del bolsillo del contribuyente», 
			remarca en el documento del MINREX.
			Expone que, según el informe en cuestión, desde 2008, 
			fundamentalmente bajo el mandato de Obama, la USAID y el 
			Departamento de Estado han concentrado el otorgamiento de los fondos 
			para los programas subversivos contra Cuba hacia organizaciones con 
			presencia mundial o en América Latina.
			«El objetivo es evitar la corrupción que durante años los 
			caracterizó, al permanecer en manos de las desprestigiadas 
			organizaciones contrarrevolucionarias y haber ido a engrosar los 
			bolsillos de los sectores más recalcitrantes de la ultraderechista 
			de Miami», agrega.
			Los esfuerzos están enfocados, asimismo, a «lograr que los fondos 
			cumplan su cometido final, o sea, promover el "cambio de régimen"» 
			en Cuba.
			Anotan las autoridades cubanas que en el informe se evita 
			deliberadamente identificar a las organizaciones y personas que 
			aplican los proyectos en el terreno, lo cual confirma el carácter 
			encubierto de los mismos y su ejecución al margen de la legislación 
			cubana.
			«Por el contrario, resalta las acciones del gobierno de Estados 
			Unidos para perfeccionar el diseño encubierto y el enmascaramiento 
			de los mismos», señala la nota.
			Revela que «otro rasgo distintivo de esos programas subversivos 
			en estos últimos años ha sido el énfasis hacia los proyectos 
			vinculados al uso de las tecnologías de las infocomunicaciones, la 
			creación de blogs y la ampliación del uso de las redes sociales, vía 
			Internet».
			Se añade, además, el interés por trabajar para influir en 
			sectores no mencionados en este informe, pero identificados en otros 
			documentos oficiales que han salido a la luz, como los negros, los 
			homosexuales, profesionales, intelectuales y artistas.
			La Cancillería expone al respecto que se puede apreciar que en la 
			aplicación de su política subversiva con el fracasado afán de 
			derrocar la Revolución cubana, el gobierno de Estados Unidos no deja 
			piedra por voltear.
			En relación con el papel subversivo de la Sección de Intereses de 
			Estados Unidos en La Habana, el informe alega que ésta supuestamente 
			ya no participa, por razones de «seguridad», en la canalización de 
			la «asistencia» del Departamento de Estado y la USAID a grupos en 
			Cuba.
			Pero, alerta, sí continúa suministrándoles información y cursos 
			de entrenamiento en coordinación con ambas agencias y apoyando a lo 
			que llaman eufemísticamente la sociedad civil en este país.
			Este documento de la GAO es sumamente revelador de la firme 
			impronta del gobierno de Obama en esa política y del fuerte impulso 
			que le ha dado a la misma, buscando perfeccionar su diseño, 
			enmascararla mejor y hacer más difícil su detección y neutralización 
			por las instituciones y el sistema legal cubanos, advierte el MINREX.
			La Cancillería se cuestiona hasta cuándo el gobierno de Estados 
			Unidos seguirá malgastando el dinero de sus contribuyentes, que, 
			alertó, «bien pudiera emplear en dar respuesta a las expectativas de 
			estos de una relación constructiva y respetuosa entre ambos países» 
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