a
la capital cubana. Poco a poco la ciudad supo la causa de aquel
hecho: había estallado en el puerto habanero el buque francés La
Coubre, que procedente de Amberes, Bélgica, descargaba desde el día
anterior, en el antiguo muelle de la Pan American Docks,
armas destinadas a la defensa de la naciente revolución. Trece
minutos después se produjo una segunda explosión, que cobró
numerosas vidas entre las personas que acudieron a rescatar a las
víctimas.
Más de 50 años después; el gobierno de Estados Unidos continúa
sin desclasificar la información que arrojaría la verdad acerca de
la voladura del vapor La Coubre, pero todas las evidencias indican
que tras fracasar los intentos para cancelar la venta de ese
armamento que Bélgica ya había vendido al dictador Fulgencio
Batista, agentes al servicio de la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) de Estados Unidos, colocaron un moderno artefacto explosivo
entre las cajas de granadas antitanques, el cual se activó al
momento de retirar la carga situada sobre él. Este hizo estallar
parte de las 1 492 cajas de granadas y municiones que conducía el
buque.
Un centenar de muertos, horriblemente mutilados, y cientos de
heridos graves, algunos con secuelas para toda la vida, fue el
macabro resultado de aquel criminal acto de terrorismo. Al día
siguiente, 5 de marzo, una impresionante multitud, conmovida e
indignada, acompañó el sepelio. El Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz, al despedir el duelo, expresó el sentir de todos los cubanos al
denunciar a los autores del crimen y ratificar la decisión
inquebrantable de continuar adelante con la Revolución, por grandes
que fueran los peligros y las dificultades.
A la vista de poco más de medio siglo, al pueblo cubano le
indigna la desfachatez del gobierno norteamericano que mientras
continúa enfrascado en destruir la Revolución Cubana por todos los
medios, y para ello acudió hasta a acciones deleznables como la
voladura de este barco mercante, increíblemente incluye a Cuba en su
lista de países promotores del terrorismo e impide la libertad de
Cinco Héroes injustamente condenados en cortes norteamericanas por
luchar contra el terrorismo.
Allí, ante los hermanos caídos, el Líder de la Revolución
enarboló por primera vez la consigna que sigue expresando la
voluntad del pueblo cubano de resistir en su lucha independentista
frente al imperio: "Patria o Muerte".