El duende de los Marcelo

Ventura de Jesús

Rogelio Marcelo Fundora es graduado de Ingeniería Automotriz. A la mayoría de sus amigos les parece un hombre talentoso y con muchas ideas, por eso no pueden explicarse que su gran pasión sea la apicultura.

Foto del autorRogelio Marcelo Fundora.

Pero Marcelo no es un apicultor cualquiera. Este campesino sencillo, residente en un pequeño caserío cercano al poblado de Navajas, en el municipio de Pedro Betancourt, es uno de los mejores colmeneros del país y figura entre los mayores productores de miel.

Entregó el pasado año unas 50 toneladas de miel, poco menos de 900 kilogramos de cera y nueve kilogramos de propóleos. Consiguió como promedio 167 kg de miel por colmena, altos rendimientos todos.

Su hermano Santiago es también apicultor y muestra resultados muy halagüeños. Entre ambos existe una relación que se extiende al trabajo y permite situarlos a la vanguardia de este sector productivo en representación de la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Victoria de Girón.

La cualidad general más apreciable, tanto en uno como en otro, es su constancia, según Rubén Lugo, subdirector de equipamiento y servicios técnicos de la Unidad Básica Empresarial de la Apicultura en Matanzas.

"Es difícil señalarles una falla. Se preparan muy bien para cada cosecha, sin obviar un solo detalle, y respetan al pie de la letra las normas técnicas establecidas".

Por su parte, Marcelo Fundora observa que el secreto es mucho trabajo, que la abeja lo agradece todo. "Lo fundamental es la dedicación, alimentarlas y cuidarlas. Una labor de incontables horas, de mucha constancia. Es primordial saber cómo castrar, cambiar las reinas en el momento justo, realizar una buena renovación de los panales de la cámara de cría y hacer una trashumancia oportuna atendiendo al calendario de floraciones. Son muchos requisitos y todos cuentan. Hay que prepararse tal y como lo hace un deportista de cara a una competencia".

¿Cuál es la importancia de la apicultura migratoria o trashumante?

"Las abejas deben criarse en zonas donde abunden las plantas productoras de néctar. La clave es que estén en lugares floridos o de forrajeo. Es por ello que nosotros ubicamos las colonias en tres locaciones distintas según la época del año y es lo que se conoce como el buen manejo de los apiarios.

"En estos momentos, tenemos colmenas en áreas de Pedro Betancourt y Unión de Reyes, y luego hacemos la trashumancia a la región de la Ciénaga de Zapata. Lo esencial es que las abejas no tengan necesidad de volar largas distancias. Hay que tener en cuenta, además, que las floraciones no son iguales todos los años. Es algo que se debe observar para no trasladar las colmenas ni antes ni después".

Marcelo exalta el valor de este producto como fuente para generar fondos exportables. Llama la atención sobre los resultados de la Apicultura en su municipio, y de Matanzas, provincia que en el 2012 aportó 1 103 toneladas de ese importante rubro, para así mantenerse a la vanguardia del país.

Como es bien conocido, la miel de abejas constituye un complemento alimenticio muy útil, básicamente para las personas mayores. Es refrescante y agradable, se emplea con muchos fines y aseguran que es eficaz para muchas dolencias. De ahí la reputación de la abeja melífera, sin duda uno de los insectos más valiosos.

Se trata de un producto bien cotizado en el mercado internacional por ser no solo fuente directa de alimentos, sino también por servir de materia prima en la elaboración de medicamentos y otros bienes de consumo.

A tu juicio, ¿cuál es el mayor atributo de la miel?

"Los especialistas dicen que la principal utilidad es su papel en la polinización de los cultivos. En cualquier caso, en el campo existe la creencia de que la miel es divina y el mejor remedio casero".

 

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