Parece como si el paisaje fuera el recurso que da rienda suelta al
desahogo emocional de los artistas. Las piezas "hablan" de la
sensibilidad, el gusto por el detalle, la imaginación creadora del
arte oriental que se detiene en Japón, para sorprender por su
belleza en el tiempo.
Artesanía japonesa contemporánea se titula la exposición
abierta en la sala transitoria del Museo Nacional de Artes
Decorativas (calle 17 y E, El Vedado) que exhibe ahora al público
cubano, en coordinación con la Fundación Japón, la embajada de esa
nación en Cuba y la institución anfitriona, una interesante muestra
de objetos realizados en diversos materiales (lacas, bronces,
porcelanas, vidrio, cobre, madera), en la que los artesanos expresan
nuevos conceptos artísticos que se trenzan actualmente con su
creatividad para recordar las tradiciones.
La
historia de la artesanía japonesa se remonta a muchos siglos atrás,
y abarca una infinidad de influencias artísticas que llegan desde
China y Corea, que con el decursar de los años se han ido adaptando
y desarrollando a altos niveles. En los últimos tiempos, explica
Shiraishi Masami, curador de la muestra y director del Museo de Arte
de la Prefectura de Yamanashi, en las palabras del catálogo, con la
rápida introducción de los sistemas sociales occidentales y su
cultura, la artesanía japonesa no simplemente ha conservado las
formas tradicionales y los adornos decorativos transmitidos de
generación en generación, sino que algunos artistas incorporan ideas
de diversas tendencias actuales del arte, llegadas de Europa y
Estados Unidos.
Unos artesanos hacen hincapié en la funcionalidad de las piezas
que llenan la vida cotidiana, otros, más vanguardistas, proponen
nuevos conceptos artísticos, y están aquellos que tratan de
reexaminar el significado de los materiales. Ello da como resultado
una amplia gama de trabajos que han ennoblecido el firmamento
creativo japonés, pues la riqueza, colorido y elegancia de la
artesanía tradicional exhala actualidad, pero conservando tintes y
aires del ayer.
Para hacer más asequible al espectador la variedad de obras
expuestas, los organizadores las han reunido por características
comunes. La utilización de tonos deslumbrantes, el oro y la plata
une al primer grupo de la exposición bajo el título de
Ostentación, y en él resaltan la sensibilidad y delicadeza del
arte japonés hacia el color, donde armonizan disímiles
combinaciones. Mientras que en el apartado de Refinamiento sutil
sobresale la expresión natural de los elementos, con ejemplos de
alfarería, el arte de la madera, teteras metálicas y vajillas
barnizadas con un toque laqueado. La influencia producida por el Art
Decó y el Constructivismo ha dado como resultado un conjunto de
piezas geométricas de formas sólidas y plenas de color que cautivan
por sus novedosas líneas reunidas en torno a su Nitidez. En
el rubro de Detalle fino están aquellas que destacan por un
acabado esmerado donde sobresale el diseño expresivo en el arte de
la decoración; y en el de la Deformación, "respiran" esas
obras que intencionalmente el artista crea con desniveles, y en las
que la "belleza yace escondida detrás de lo perfecto".
Observando cada pieza (cajas de porcelana, platos ornamentales,
recipientes de formas variadas, tazones, floreros, mesas, jarras...
), en la que se traslucen siglos de minuciosidad y creatividad, la
elección de temas y tratamientos variados en las lisas superficies,
hacen pensar en la laboriosidad del pueblo nipón, donde existe una
admirable poética subterránea que define una manera de estar y
percibir el mundo. Muchos ejemplos pasean por la exposición donde el
visitante podrá tocar de cerca piezas de incalculable valor
artístico, que trasciende su precio: se trata de la virtud de lo
bello, de lo que expresa esencias humanas y significados nacionales,
de lo que adquiere cada vez más importancia, y de lo que, incluso, a
veces llega a formar parte del tesoro más preciado de un país: su
patrimonio cultural.