Investigadores del Centro de Pronósticos del Instituto de
Meteorología definieron la etapa del año en la cual el país recibe
las mayores cantidades de polvo del Sahara y las áreas más expuestas
a sus perjudiciales efectos.
El doctor en Ciencias Físicas Eugenio Mojena, autor principal del
mencionado trabajo, dijo a Granma que de acuerdo con los
estudios realizados los picos fundamentales suelen ocurrir en los
meses de junio y julio, mientras la zona de máxima afectación radica
en la provincia de Guantánamo, aunque de manera general las nubes de
polvo llegan a toda Cuba.
Por ejemplo, se han detectado altos niveles del citado
contaminante atmosférico en Villa Clara, al tiempo que en La Habana
hay registrados periodos de hasta 23 días consecutivos donde ha
estado presente.
Como precisa el doctor Mojena, cada año y sobre todo en el verano
llegan a nuestro país y a la región del Caribe grandes cantidades de
partículas de polvo en forma de nubes generadas por las tormentas de
arena del desierto del Sahara, que emergen del continente africano y
son transportadas en dirección oeste y suroeste, fundamentalmente a
través del flujo de los vientos alisios.
El polvo contiene sal, sílice, hierro, y otros minerales, además
de virus, bacterias, hongos y ácaros patógenos, capaces de provocar
enfermedades en el hombre, las plantas y los animales.
Debido a sus características físicas, las partículas de polvo
reducen el tamaño de las gotas de lluvia e inhiben la formación de
nubes de gran desarrollo vertical, favoreciendo los procesos de
sequías.
Según manifestó el también investigador titular, en la actualidad
y con la colaboración del Centro Meteorológico Provincial de Pinar
del Río, se trabaja para determinar cuánto puede influir el polvo
del Sahara en el incremento del asma bronquial y otras afecciones
respiratorias agudas.
Los resultados prelimares del estudio apuntan a que los grupos
poblaciones más vulnerables son las personas mayores de 65 años y
los niños con edades de uno a cuatro.