A este calificado profesional —también es técnico veterinario y
fisiopatólogo— le satisface su labor, la cual, reconoce, depende del
trabajo de muchas personas, motivo por el que en los últimos tres
años allí creció sostenidamente el índice de natalidad.
En el 2009 procedieron a aplicar la inseminación artificial, vía
por la que en el 2010 nacieron 82 mulos. Al siguiente año fueron 93
y en el 2012 llegaron a 102.
La arrancada fue dura. Los 13 hombres de la finca Alcalá
construyeron el cepo, los corrales de trabajo y el laboratorio,
explica Alfredo en el interior de esta última instalación
identificada por su pulcritud y orden.
"Usamos el semen fresco después de analizar propiedades como la
concentración de espermatozoides y su movilidad. Cada extracción
hecha a un semental da para 5 o 6 yeguas".
Abel Infante Aguilar, responsable de la cuadra de los asnos
sementales, habla con cariño de Pirulí, Camagüey, Lico y Lucero,
aunque parece tener preferencia por Sebastián. "Los alimento, baño,
les paso la raqueta y estoy al tanto de sus estados de ánimo, lo
cual es muy importante para entenderlos. En la temporada del celo de
las yeguas, Lucero las olfatea enseguida y se pone insoportable y no
quiere que le pongan la jáquima. Así me ha arrastrado varias veces,
pero yo lo perdono porque es muy valioso".
Ni el más leve maltrato a los animales tolera Alcides Hidalgo
Pupo, el jefe de brigada de la finca, una de las tres de la entidad.
El colectivo también es responsable de las yeguas que no parieron el
pasado año. "Las atendemos con esmero porque queremos que estén
aptas para la gestación tan pronto comience en marzo la campaña
reproductiva", refiere con vehemencia.
Lo que ocurrirá en el tercer mes del año igualmente mantiene
ocupado desde ahora a Wilfredo Aguilar Pérez, médico veterinario
responsable de la salud de todos los animales del rancho, quien
informa que este año pueden llegar a 147 nacimientos. Equivaldría a
elevar el índice de natalidad hasta un 60 %, aún no logrado por las
unidades que en el país se dedican a la reproducción de équidos.
Tenemos lista la Finca de Maternidad, de 301 hectáreas
distribuidas en los terrenos más llanos, señala. "Hay suficiente
agua, comida y sombra para las yeguas gestadas, que protegerán
durante los once meses de embarazo los cinco integrantes de la
brigada responsable del área".
Elevar la natalidad hasta un 80 % es un objetivo fijado para el
2015. Será posible si incrementan el número de yeguas a parir todos
los años, lo que a su vez depende de la oportuna inseminación en los
21 días posteriores al parto, que es el periodo óptimo para quedar
embarazadas.
El recurso a seguir es conocido por todos en el rancho. Reside en
observar las yeguas a partir del quinto día de paridas, porque si
bien entran en celo, no lo exteriorizan por el instinto natural de
proteger las crías. De ahí que el rol principal lo tiene el
fisiopatólogo, encargado de realizar sistemáticas exploraciones
recto-vaginales para palpar los órganos reproductivos, con el fin de
determinar el momento óptimo de la ovulación y proceder a la
inseminación.
"Los trabajadores del rancho somos de la zona y como se dice
aquí, nacimos entre las patas de los caballos y los mulos, por eso
nos gustan nuestros oficios. La otra cosa buena es que nos
planteamos incrementar los conocimientos del colectivo y aplicar la
ciencia con el fin de elevar los resultados del trabajo.
"Ya sumamos dos médicos veterinarios, cuatro fisiopatólogos y dos
técnicos en Zootecnia y Veterinaria. También los dos herreros y el
domador terminaron sus especialidades en escuelas nacionales".
Luis Peña Ricardo dirige Rancho Alcalá. En el lote hay 33 mulas y
mulos que no se vendieron el año pasado, explica; debieron ser
adquiridos por entidades agrícolas de la provincia. La situación
sugiere la revisión de este hecho, específicamente lo relacionado
con las ofertas, acciones de venta y compromisos establecidos al
respecto, porque las afectaciones son mutuas.
"Se dice que cobramos caro, porque ofertamos los mulos a 5 500
pesos, pero no podemos bajar el precio fijado de acuerdo con los
gastos del proceso de cría, aunque debemos ser más eficientes. Por
eso mismo hablamos de incrementar los nacimientos anuales".
Entre todos, asegura, serán vencidos los escollos internos y los
que cualquier otro interponga, de manera que los mulos de Rancho
Alcalá contribuyan en las montañas al transporte de médicos,
maestros, carteros y residentes en general de los más abruptos
parajes serranos, así como al trasiego de los productos locales y
los medios de subsistencia necesarios en esas zonas.