Cuando ser mujer es un infierno

Cuando una mujer se convierte en víctima, el dolor es más intenso, se multiplica y su huella es imborrable. Es un "problema de proporciones pandémicas", dicen desde las Naciones Unidas.

foto: EFEMiles de mujeres bailan durante el comienzo de la campaña global One Billion Rising en el día de San Valentín, en Manila, Filipinas.

La manipulación mediática agrava muchas veces el asunto. Como escribió Julian Vigo en CounterPunch: Cada año 400 mil mujeres son agredidas sexualmente y 80 mil son violadas en el Reino Unido (datos de 2010/2011). La estadística no incluye a víctimas masculinas de violación, cuyos agresores pueden ser hombres o mujeres. La población del Reino Unido es 20 veces inferior a la de la India; sin embargo, si una vive en el Reino Unido y se limita a leer medios británicos seguramente creerá que la violación solo existe en la India y que la injusticia en contra de las mujeres es exclusiva de ese subcontinente y de otros países en desarrollo.

Las cifras hablan por sí solas: en el planeta, hasta un 70 % de las féminas sufre, en algún momento de su vida, violencia física o sexual ejercida por varones, en su mayoría esposos, parejas o conocidos. Para las que tienen entre 15 y 44 años, la violencia causa más muertes y discapacidades que el cáncer, la malaria, los accidentes de tráfico y la guerra juntos.

Es la trasgresión a los derechos humanos más extendida y adquiere múltiples formas: violencia doméstica, abuso sexual contra las niñas, acoso en el trabajo, tráfico de personas, violación a manos de esposos o desconocidos, en campos de refugiados, como táctica de guerra... La lista se alarga y no se confina a una cultura, religión o país: en EE.UU., el 83 % de las niñas de entre 12 y 16 años sufre acoso sexual en la escuela pública; en Dinamarca, el sexo sin consentimiento con una persona indefensa por estar dormida, drogada o enferma, se considera abuso, no violación; en Rusia, más de 57 mil mujeres son víctimas del tráfico de personas cada año; en España, 649 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde el 2003. Las raíces hay que buscarlas en la discriminación persistente en pleno siglo XXI, aunque en algunos países es mucho más peligroso no nacer hombre que en otros.

Decálogos de riesgos

·  Violencia por parte de la pareja: es la forma más común y se produce en uniones matrimoniales o libres. Según la OMS, el porcentaje de mujeres sujetas a abusos por parte de sus compañeros varía del 6 % en Japón al 59 % en Etiopía.

· Agresión sexual: una de cada cinco mujeres sufrirá algún tipo de violencia sexual a lo largo de toda su vida.

· Víctimas del conflicto: ellas son agredidas como estrategia de guerra para humillar al oponente, aterrorizar a las poblaciones y destruir sociedades. Entre 20 mil y 50 mil fueron violadas en Bosnia.

· Ablación: la mutilación de parte de los genitales femeninos se realiza en algunas culturas para evitar el placer sexual y así "garantizar" que lleguen vírgenes al matrimonio. Cada año, más de tres millones de niñas corren el riesgo de sufrirla.

· VIH/sida: el sexo no deseado propicia el riesgo de infección. Las mujeres agredidas por sus parejas tienen un 48 % más de probabilidad de contraer el virus.

· Asesinatos por la dote: una práctica por la que el marido puede asesinar a su esposa si su familia no paga lo pactado en el acuerdo de matrimonio. En India, durante el año 2007, 22 mujeres murieron por esta causa.

· Homicidios por honor: si se sospecha que una mujer tiene relaciones extramatrimoniales, sus familiares lo pueden considerar una afrenta, que se cobra 5 000 víctimas al año.

· Maltrato durante el embarazo: una de cada cuatro gestantes de todo el mundo experimenta violencia física o sexual, lo que aumenta el riesgo de aborto.

· Abuso por discapacidad: en Europa, Norteamérica y Australia, más de la mitad de las mujeres discapacitadas ha experimentado en su vida alguna forma de abuso.

· Acoso en el mundo laboral: entre el 40 y el 50 % de las mujeres de los países de la Unión Europea experimentan insinuaciones sexuales, contactos físicos no deseados u otras formas de acoso sexual en el lugar de trabajo. (Fragmentos tomados de Mujereshoy.com)

 

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