Yulieski
Gourriel, escoltado por Ismel Jiménez y Freddy Asiel Álvarez,
recibió de manos de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, miembro del Buró
Político y Vicepresidente del Consejo de Ministros, la bandera que
presidirá la actuación del equipo cubano de béisbol en el ya cercano
III Clásico Mundial.
En la ceremonia de abanderamiento, en la base del Monumento a
José Martí, en la Plaza de la Revolución, Alfredo Despaigne y Andy
Ibáñez, en nombre de sus compañeros, depositaron una ofrenda floral
al Héroe Nacional, mientras Frederich Cepeda, al leer el compromiso
de los jugadores, manifestó la convicción de que cada uno de ellos
será un digno representante de nuestro pueblo.
Y justamente esa convocatoria les llegó a los abanderados desde
los corazones de un grupo de hombres que han hecho de la dignidad el
pedestal del prestigio y de la honra a la Patria. Antonio Guerrero,
en nombre de los Cinco Héroes injustamente prisioneros en Estados
Unidos por combatir el terrorismo, les expresó lo mucho que
significa ser pelotero y representar al país, en cada uno va el
pueblo que los admira y espera por el regreso triunfal. Con Cinco
abrazos fuertes termina su mensaje Tony.
Este es el equipo de los cubanos que defendemos la obra de la
Revolución, afirmó Díaz-Canel, quien además les habló de la
importancia de la unidad para conseguir el éxito, y recordó el
concepto expresado por el director del seleccionado, cuando afirmó
que: "La razón de ser de este equipo es el pueblo".