Esa premisa deviene condición ineludible en el accionar de la
ANAP para concretar sus tres misiones estratégicas en el escenario
actual: trabajar desde el funcionamiento interno para la producción
de alimentos hacia todos los destinos; defender los principios de la
Revolución, situándose con justicia a favor de la razón; y la
preparación político-ideológica de los campesinos y su alianza con
la clase obrera.
Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura, significó
que hasta el momento faltan volúmenes por contratar en diferentes
rubros, con vistas a cumplir la producción planificada para el 2013.
Según informó, antes del 31 de enero debe concluir la
contratación de los 311 millones de litros de leche comprometidos
con la industria y 32 mil toneladas de frijoles para los diversos
destinos.
La agricultura debe asumir este año la producción de 52 mil
toneladas de maíz que se dejarán de importar, destinadas al alimento
animal para el ganado porcino que aún no tiene respaldo contractual.
Algo similar sucede con el ajo previsto para entregar a la industria
en las provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus.
Cada año el Estado debe erogar unos 1 800 millones de dólares
para la importación de alimentos que, en su mayoría, pueden
obtenerse en territorio nacional.
Se analizó la necesidad de un mayor asesoramiento jurídico a la
base productiva, la urgencia de disponer en la cooperativa de
implementos para medir la calidad de la leche desde la compra a los
productores.
También se conoció que 632 presidentes de cooperativas han sido
sustituidos o liberados de sus funciones en la nación, de ahí que
fortalecer el trabajo de los directivos en la base constituye una
prioridad en la agenda de la ANAP. Como precisó el presidente de la
Comisión Provincial de la organización en Las Tunas, Juan Guerra
Gómez, "antes íbamos con un lazo buscando gente para trabajar en las
cooperativas. Pero los dirigentes se hacen... el caballo bueno no
anda suelto en el camino".