Tras los pasos de Paseo Extramuros

Raquel Marrero Yanes

Una de las arterias más importantes y de mayor belleza de La Habana; lugar obligatorio para los transeúntes habaneros, al conectar La Fuente de La India (1836), La Estación de trenes de Villanueva, El teatro Tacón, El Café El Louvre, la Escuela de Rafael María de Mendive y La Real Cárcel de La Habana, sitios relacionados con el joven José Julián Martí Pérez.

Diversos nombres le han acompañado a este lugar: Paseo de Extramuros, Nuevo Prado, Paseo Isabel II y desde 1904 —por acuerdo del Ayuntamiento de La Habana—, Paseo de Martí.

Su construcción se inició en 1772, extendiéndose por casi 1,3 Km, desde La Punta hasta el Nuevo Campo de Marte, donde cerraba con la estatua de Carlos III (1803), y desde 1838 en la fuente de la India o de la Noble Habana.

Entre 1841 a 1843, este paseo se mejoró y se le montaron tres fuentes (de los Leones, de Neptuno y de los Genios). Frente al Café Escauriza y al Hotel Inglaterra se instaló una plazoleta con una estatua de Isabel II, la cual pasó en 1877 al Parque Central.

Alrededor de 1902 se empleó, por primera vez en La Habana, el asfalto en la pavimentación de sus calles laterales, pero no fue hasta 1928 que adquiere su imagen actual.

Al inaugurarse el Capitolio de La Habana, en 1929, se eliminó una sección del paseo frente a este y se remodeló la que se mantuvo. Se colocaron ocho leones fundidos en bronce, copia de uno de Londres, se plantaron los laureles, y se mantuvieron y reprodujeron las lámparas que existían desde 1834. Sin dudas posee una gran riqueza arquitectónica.

Fuente: Investigación Martí en La Habana, de la Sociedad Cultural José Martí.

 

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