Por el camino del frijol
GERMÁN VELOZ PLACENCIA
HOLGUÍN.— Las crecientes cosechas de frijol de la Cooperativa de
Créditos y Servicios (ccs) Regino Guerrero Batista, en el Consejo
Popular Los Ángeles, municipio de Banes, no pasan inadvertidas,
sobre todo porque la zona nunca fue un punto de referencia del
cultivo del apetecido alimento.
Alexei
Ronda dirige con esmero la búsqueda de semillas que germinen
adecuadamente en los suelos de la cooperativa, la cual desarrolla la
producción en condiciones de secano.
Durante el 2008, 2009 y el 2010 sus socios obtuvieron,
respectivamente, 27, 50 y 92 toneladas. Y en ese mismo orden
vendieron al Estado, de acuerdo con los contratos firmados, 18, 36,
y 78 toneladas.
Para la cosecha del 2011-2012 sembraron 260 hectáreas, las cuales
dieron 161 toneladas y de ellas comercializaron 138 con Acopio,
expone el presidente, Alexei Ronda Pérez, quien conduce con sólidas
manos y pensamiento fresco los procesos productivos.
La mayor parte del grano dejado en la CCS fue para garantizar las
semillas, en respuesta al propósito de duplicar, contienda tras
contienda, las áreas de siembra.
En octubre pasado tenían 400 hectáreas sembradas con el fin de
cosecharlas el próximo año, pero se presentó el huracán Sandy y dejó
serios daños en más del 70 %. "En un primer momento nos sentimos muy
mal, pero reaccionamos rápidamente y ya en noviembre volvimos a
sembrar lo perdido", recapitula Alexei.
El
cultivador de un órgano tirado por equinos, iniciativa de Reinieris
López, humaniza las labores del campo e incrementa la productividad
de los labriegos.
Recientes cálculos señalan que los campos pueden dar las 275
toneladas contratadas con el Estado. Según los precios de cierre de
año en el mercado mundial, si el país acudiera ahora en busca de esa
cantidad en el exterior, erogaría más de 111 mil dólares.
CAMBIOS EN LA TIERRA Y LA GENTE
Todo cambió en la CCS cuando se puso en vigor el hoy derogado
Decreto-Ley 259, porque crecieron en 800 hectáreas que estaban
ociosas. Muchos de los socios solicitaron ampliaciones y otros
fueron usufructuarios nuevos.
Igual que Alexei, el administrador Miguel Rojas Escalona habla de
una Junta Directiva acoplada y estable, exigente con el cumplimiento
de la disciplina laboral y el uso de los recursos.
"Los contratos con los socios son cosa muy seria. Los hacemos
anualmente por cultivos, después de analizar con cada productor su
historial productivo y las posibilidades reales en la etapa de
concertación.
"Al contrato le incorporamos el compromiso individual del
productor, recogido en un documento que contiene la fecha de
siembra, el plan de venta y la fecha de esta. Lo firman el
presidente, el administrador de la CCS y el productor".
Reinieris López Hechavarría, uno de los jóvenes productores
destacados, aprecia la utilidad del procedimiento. Desde que
resembró su área en noviembre lo han visitado cinco veces para saber
si puede cumplir lo pactado.
"Si en los controles encuentran deficiencias, enseguida dejan por
escrito las recomendaciones para eliminarlas".
Sus compañeros lo reconocen como promotor de la incorporación de
los equinos a la tracción de implementos agrícolas, aunque los
bueyes siguen siendo los reyes en ese aspecto.
"Como no puedo usar el azadón porque tengo lesiones en una mano
desde que era niño, fabriqué un cultivador de un órgano y lo adapté
para que mi yegua lo halara. Con él, un hombre puede aporcar una
hectárea en una jornada diaria. Si la actividad es manual, con
azadones, necesita más fuerza de trabajo y encarece el costo final
de la cosecha. Por eso lo generalizamos".
También recurrieron a otras innovaciones sustanciales, informa
Miguel, el administrador: "Usamos las gradas de púas para tapar la
semilla y avanzamos a razón de dos hectáreas por día. Primero
regamos el frijol en el campo, con la ventaja de que un hombre puede
esparcir hasta 115 libras en una jornada de trabajo.
"Cuando empezamos lo hacíamos según la tradición: el mismo hombre
que regaba la semilla, la tapaba con los pies. Pero en la jornada
solo sembraba 15 o 20 libras".
La observación sistemática de los resultados del uso de las
gradas revela que es más rápida la germinación de las semillas y
crecen más las plantas.
OTRAS FÓRMULAS DEL BUEN HACER
El desgrane de la cosecha transcurre organizadamente, asegura
Alexei al retomar las riendas de la conversación. "Dos de nuestros
socios tienen trilladoras, pero se usan junto con la que es de
propiedad colectiva, de acuerdo con un plan por fechas y productores
a beneficiar. Las máquinas salen con el combustible necesario, la
hoja de ruta, los sacos a llenar y una persona al frente que
representa a la cooperativa.
"Cuando concluyen, cobramos los envases, así como el combustible
consumido en el desgrane y el desplazamiento hasta el área de
trabajo".
No les ha faltado en los últimos tiempos el paquete tecnológico
con sus nutrientes químicos, pero anualmente incorporan a los suelos
un promedio de 1 600 toneladas de estiércol y humus de
lombriz obtenidos por esfuerzos propios o comprados.
"Hace poco visité una zona muy fuerte en la siembra y cosecha de
frijol, y en ese recorrido observé vaquerías repletas de excretas.
Creo que están desaprovechando la oportunidad que buscamos nosotros
para obtener una producción lo más ecológica posible", manifiesta.
En la misma línea coloca el empleo de medios biológicos para
combatir plagas y enfermedades. La lista la encabeza la tabaquina y
le siguen hongos que combaten organismos dañinos a los suelos,
bacilos para eliminar larvas destructoras, trampas contra diversos
insectos y barreras vivas.
Unidos, buscan insistentemente las variedades apropiadas y hasta
ahora sembraron, entre otras, la Cubana-23, BAT-304 y BAT-58,
comprobando que la última da resultados. De hecho las
investigaciones a pie de campo y las atenciones culturales al
cultivo, aseguran que en condiciones de secano obtengan un
rendimiento promedio 0.90 toneladas por hectárea, en lugar del 0,75
calculado al principio.
La CCS, al decir de Alexei, tiene muchas aspiraciones. Una de las
más anheladas, es obtener dividendos individuales y colectivos con
la obtención gradual de cosechas que les ofrezcan la oportunidad de
llegar a satisfacer en un periodo relativamente breve la demanda de
frijol de la canasta básica anual del municipio de Banes, que hoy
ronda las 430 toneladas.
Además, mantienen el propósito de obtener mayores volúmenes de
maíz y de tomate, sin renunciar a la construcción de instalaciones
procesadoras de conservas de frutas y vegetales.
Es una mirada hacia la producción agrícola a imitar por quienes
aún no entienden que nuestra tierra puede dar la mayor parte de los
alimentos que hoy traemos del exterior a precios exorbitantes. |