BUENOS
AIRES.— Leonardo Favio, aquejado desde hacía años por graves
problemas de salud, murió este lunes aquí a los 74 años de edad.
Cineasta por sobre todas las cosas, en el imaginario popular su
faceta de cantante cobró peso. Favio había nacido en mayo de 1938 en
la ciudad mendocina de Luján de Cuyo. En su documento de identidad
figuraba el nombre de Fuad Jorge Jury.
Su filmografía admite varias lecturas de contraposición. Una
primera etapa, hasta mediados de los setenta, no solo de calidad
sino profusa. Una segunda, en los últimos años, con filmes más
espaciados y de larga producción. También se puede pensar en su
primer cine como marcado por el intimismo y el blanco y negro (Crónica
de un niño solo); y en sus siguientes películas como una
explosión de colores y vivacidad (Juan Moreira).
También fue actor. Desde ese lugar empezó a forjar su vínculo con
el cine y estrechó la mano de su principal padrino, Leopoldo Torre
Nilsson, con quien filmó películas como La mano en la trampa
y El secuestrador.
En Latinoamérica hizo popular sus canciones, de modo especial
Ella ya me olvidó y O quizás simplemente le regale una rosa.