El proceso electoral significa para el pueblo cubano un ejercicio
de defensa de su soberanía y una manera de respetar a los candidatos
propuestos por las masas, afirmó Miguel Díaz-Canel Bermúdez,
vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del Buró Político,
al acudir a las urnas en el colegio electoral número 96 ubicado en
la Escuela primaria Eliseo Reyes Rodríguez, del municipio Playa, en
esta capital.
Según destacó, las elecciones se realizan de forma transparente,
honesta y natural…y permiten el nombramiento de los candidatos
atendiendo a la calidad de su gestión en la comunidad y a sus
méritos profesionales y como persona. El proceso nace en una
asamblea convocada en el barrio, donde se nomina a los mejores de
manera diáfana, dijo, muy distante del show mediático que
constituyen los sufragios en muchas naciones.
El actual Proceso está signado por las transformaciones que se
implementan actualmente en el país, a partir de lo estipulado en los
Lineamientos de la política económica y social de la Revolución
aprobados en el Sexto Congreso del Partido, y los Objetivos de su
primera Conferencia Nacional.
Díaz-Canel, hizo referencia a la experiencia de las provincias de
Mayabeque y Artemisa, que se plantean la búsqueda de un mejor
funcionamiento de los órganos del poder popular, tanto en sus
estructuras municipales como en sus consejos de administración. Esto
lógicamente representa un fortalecimiento de la participación del
pueblo en la toma de decisiones, acotó.
Señaló además que la alta responsabilidad del delegado estriba en
el correcto desempeño de sus funciones: ejercer el gobierno en la
célula fundamental de la sociedad, que es la circunscripción; y
comunicarse con la población, mostrar sensibilidad ante sus
problemas y capacidad para resolverlos, y trasladar hasta la base el
mensaje de la Revolución.
Previamente, ejercieron su voto en esta circunscripción el
general de cuerpo de ejército Álvaro López Miera, viceministro de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias y jefe del Estado Mayor General;
el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla, y María Esther Reus,
ministra de Justicia.