Este hombre de poco hablar, es considerado con justeza por
directivos del sector de la construcción en la provincia —en
particular por los encargados de la producción local de materiales—
como el as del territorio en la elaboración de balaustres y
celosías, dos surtidos de alta demanda popular para la edificación o
reparación de viviendas.
Su fama bien ganada no se debe tanto a las 60 unidades que
produce diariamente como promedio, sino a la calidad con que las
fabrica, hecho corroborado en los puntos de expendio con las ventas
inmediatas de las piezas salidas de sus manos, frente a otras que se
comercializan lentamente al no ser competitivas.
"Amor por lo que uno hace, y pensar en el bien del pueblo. Esas
son mis motivaciones para trabajar bien", revela este trabajador,
perteneciente al Establecimiento de Producción de Materiales de la
Empresa Provincial de Construcción y Mantenimiento (EPCOMA) en
Baracoa.
"Cada vez que paseo y observo las cientos y cientos de casas
embellecidas con balaustres y celosías salidos de mis manos, me
siento contento, estimulado, con mi autoestima por el cielo, más
cuando oigo a alguien decir: ‘esos balaustres los hizo Cala’.
"Creo que el mejor homenaje al Che de cualquier trabajador, desde
el más artesanal hasta el más profesional, es producir con calidad.
No por gusto él dijo que la calidad es el respeto al pueblo.
"Lo que se elabora con calidad, como regla, dura más", argumenta
Cala, quien a decir de Orlenis Labañino Soyet, el jefe del
Establecimiento, ha sido reconocido en numerosas ocasiones por sus
resultados laborales y su magisterio en la formación de nuevos
constructores.