LA
PAZ.— El vicepresidente boliviano, Alvaro García Linera, culpó a
Estados Unidos de proteger a personas vinculadas con la masacre de
2003 en el país andino, en referencia al exmandatario Gonzalo
Sánchez de Lozada, exiliado en aquella nación.
El también presidente de la Asamblea Legislativa participó en el
acto de entrega del Bono Juancito Pinto en la ciudad de El Alto y
siguió la estela del presidente Evo Morales, quien en los últimos
días se refirió a la posición hostil de Estados Unidos contra su
gobierno.
García Linera hizo referencia a la revuelta protagonizada en
octubre de 2003 por habitantes de El Alto en protesta por la venta
de gas natural a Estados Unidos y México, la cual fue sofocada por
orden de Sánchez de Lozada con un saldo de 60 muertos y más de 400
heridos.
Sánchez de Lozada y varios de sus ministros escaparon después a
Estados Unidos, cuyo gobierno los protege, pese a los pedidos de
extradición de Bolivia, insistió el vicepresidente.
"Octubre marcó el derrumbe de una pandilla de criminales que
estaban dispuestos a matar a todos los bolivianos con tal de
preservar sus privilegios", recordó el vicemandatario.
"Esos criminales han escapado a Estados Unidos y lamentablemente
la embajada norteamericana y el gobierno norteamericano en vez de
hacer justicia, de ayudar a castigar a un criminal, a un genocida,
lo encubre y lo protege", insistió.
El vicepresidente lamentó el rechazo de Washington a la solicitud
boliviana para la extradición del ex presidente, Gonzalo Sánchez de
Lozada, porque insistió que "protege a criminales y genocidas por
una política estatal y sin fundamento legal".
Para García Linera, "es una decisión política. No es un hecho
legal, es la decisión política de un gobierno que siempre ha
protegido y parece ser que quiere seguir protegiendo a los
poderosos, a los malvados, a la gente que tiene veneno en el
corazón".
Por otra parte, el vicepresidente boliviano recordó que la
denominada guerra del gas, de octubre de 2003, marcó el inicio de
una nueva era para el país, caracterizada por la recuperación de los
recursos naturales, en apego a lo que establece la nueva
Constitución Política del Estado.
García Linera remarcó que los habitantes de El Alto y las
organizaciones campesinas y los indígenas fueron los principales
protagonistas de la gesta, sofocada por Sánchez de Lozada a un
precio altísimo.