La junta de accionistas del diario chileno La Nación, con el apoyo de los representantes del Estado que posee un 70 por ciento de las acciones, decidió este lunes cerrar y liquidar los bienes del medio como lo había recomendado del Gobierno de Sebastián Piñera.

La corresponsal de teleSUR en Chile, Beatriz Michell, reportó que en la mañana de este lunes tuvo lugar una junta extraordinaria de accionistas de La Nación, en la que los representantes del Estado fueron los únicos que votaron por el cierre del medio.

"Los privados no están de acuerdo con la decisión, pero tienen la minorías de las acciones por lo tanto el medio se cerraría", agregó.

Para evitar el cierre, representantes de los 117 trabajadores del diario presentaron en horas del mediodía un recurso de protección con orden de no innovar en la Corte de Apelaciones de Santiago y pidieron frenar la decisión del directorio.

El abogado Boris Paredes indicó que la junta de accionistas fue ilegal, por lo que "se está afectando la igualdad ante la ley y el derecho a la propiedad que tienen los trabajadores que deriva de sus contratos de trabajo".

Por su parte, el parlamentario Hugo Gutiérrez, manifestó que solicitará al Gobierno que explique la decisión de cerrar La Nación ante una sesión especial de la Cámara de Diputados.

"La ciudadanía quiere enterarse de cuál es el motivo, la razón y yo creo que eso tiene que ir a explicarlo el mismo Chadwick (ministro Secretario General de Gobierno) y para eso vamos a pedir una sesión especial", dijo Gutiérrez.

Tras la junta de accionistas, Andrés Chadwick expresó que "como Gobierno pensamos que lo mejor es no tener medios de comunicación a cuales influir en sus líneas editoriales o líneas informativas".

Añadió que "durante 20 años hemos visto un diario La Nación que ha estado siempre bajo la subordinación o la tendencia de ser utilizado bajo los gobiernos de turno, y creemos que eso no es conveniente".

La periodista de teleSUR, Beatriz Michell, recordó que el 95 por ciento del mercado de los medios escritos en Chile está en manos de grandes conglomerados como Copesa y El Mercurio, que se rigen por los intereses de las grandes empresas.

En tal sentido señaló que "el único medio que podía garantizar el pluralismo de la información en Chile era justamente La Nación, que al ser un medio público no dependía del mercado ni la publicidad".