OTTAWA.—
Los participantes en el encuentro Rompiendo el silencio: Libertad
para Los Cinco se concentrarán este sábado frente al consulado
estadounidense en Toronto, para exigir la excarcelación inmediata e
incondicional de cinco antiterroristas cubanos prisioneros en
Estados Unidos.
Sindicalistas de varios países, miembros de movimientos sociales
y pacifistas, reunidos en Canadá, iniciaron desde este viernes una
asamblea y un tribunal popular para debatir y denunciar las
violaciones judiciales cometidas contra estos luchadores.
Ambos eventos sesionarán hasta mañana en el ayuntamiento de
Toronto y también reunirán a familiares de Gerardo Hernández, Ramón
Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González,
internacionalmente conocidos como Los Cinco.
En el encuentro solidario destaca la presencia de personalidades
como el actor Danny Glover; Lemelin Denis (presidente del Sindicato
Canadiense de Trabajadores Postales); el sindicalista británico Tony
Woodley y las activistas Cindy Sheehan, Alicia Japko y Gloria La
Riva, entre otros.
El evento está patrocinado por la Red Canadiense de solidaridad
con Cuba, la Asociación de Amistad Cubano-Canadiense de Toronto, el
Sindicato Canadiense de Empleados Públicos y el Consejo
Internacional de Mujeres Latinoamericanas y del Caribe LATIN@S.
La asamblea elaborará y aprobará mañana, un plan de acción para
presionar al gobierno de Canadá y al presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, a liberar a Los Cinco y permitirles regresar a su
tierra natal.
Adriana Pérez y Elizabeth Palmeiro, esposas de Gerardo Hernández
y Ramón Labañino, respectivamente, agradecieron la víspera a los
organizadores por denunciar las violaciones judiciales cometidas
contra ellos.
Las dos mujeres detallaron que Washington viola cada año los
derechos fundamentales de Los Cinco y sus familiares también han
sido "víctimas del odio irracional de un segmento de la comunidad
cubana en Florida y de las autoridades norteamericanas".
Los Cinco fueron arrestados en Estados Unidos, en septiembre de
1998, y recibieron largas e injustas condenas de cárcel por
monitorear y alertar a su país de acciones violentas de grupos
terroristas anticubanos asentados en Florida.