El más joven participará del proceso hasta el próximo 24 de
septiembre, cuando concluirá la actual etapa del Censo, mientras
Helio Díaz García, lo hizo en el episodio de 1981. En familia, el
padre, ingeniero electricista, transmite a su hijo menor la esencia
del momento más trascendental que vive hoy Cuba.
"Los Censos de Población y Viviendas, por su alcance, significado
y complejidad, han constituido históricamente la investigación
estadística más importante del país, con una altísima incidencia no
solo en la sociedad sino en las esferas económicas y de la
Educación, entre otras".
Sin abusar demasiado de la memoria, dice, refiere sus vivencias
de cuando era estudiante del Instituto Tecnológico Hermanos Gómez,
del municipio de Diez de Octubre. "Estaba en el último año del
técnico, si no me equivoco, cuando fuimos convocados a participar en
el Censo de 1981 en la localidad donde se ubica el centro docente.
Como David, recibimos una capacitación, y los profesores y
directivos guiaron nuestro trabajo, que realizamos fundamentalmente
en horario nocturno".
Pero es evidente, agrega, el salto metodológico y conceptual en
el levantamiento y procesamiento de la información relativa al
Censo; ahora muy superior a entonces. Sin embargo, "además del
acompañamiento tecnológico, que debe facilitar ampliamente la
organización y conducción del proceso, creo que el principal
protagonista de este evento nacional vuelve a ser la población
cubana, quien de forma responsable y entusiasta, siempre está presta
a cooperar y ayudar, sobre todo a los jóvenes".
Para David la experiencia familiar ha sido de gran ayuda, aunque
confiesa que la preparación recibida durante los primeros días de
septiembre en el Instituto Politécnico José Ramón Rodríguez, del
municipio de Plaza de la Revolución donde reside, abordó los
principales conceptos y términos relativos a la realización del
Censo, su objetivo y trascendencia social de manera precisa y clara,
y donde cuentan todos los ciudadanos hasta el momento censal del 14
de septiembre.
"Basados en ejemplos concretos, mis profesores y docentes de
otras escuelas, nos impartieron las orientaciones necesarias para
dirigirnos a los enumerados —siempre portando la identificación y la
vestimenta exigida— y para conducir luego la entrevista con respeto
y educación".
Asimismo, apuntó que fueron instruidos sobre cada una de las
cláusulas del cuestionario, y cómo responder a las posibles
inquietudes de los encuestados. "No obstante, contamos también con
el volumen Instrucciones al enumerador, un folleto donde podemos
consultar y aclarar cualquier duda sobre nuestra labor antes,
durante y después del ejercicio censal", precisó mostrando el texto.
Al indagar cómo avanza en el levantamiento de información, se
apresuró a contestar que suman más de 60 viviendas censadas, y al
instante se corrige: "son exactamente 68 unidades de alojamiento,
para hablar con propiedad.
"Nos ubicaron teniendo en cuenta la cercanía a nuestras casas y
siguiendo el principio de asignar a cada enumerador un segmento
censal. Además, en distintos momentos del día nos reunimos en una
empresa de la localidad, donde radica el área de apoyo que nos
corresponde, recibimos instrucciones y examinamos junto a los
supervisores los cuestionarios completados".
La experiencia de esta familia quizás anticipa la impronta que se
espera del Censo de Población y Viviendas 2012, un ejercicio bien
organizado, el primero que se desarrolla tras la aprobación de los
Lineamientos de la Política Económica y Social de la Revolución, y
que pone colofón —hasta el próximo decenio— a la historia censal en
Cuba, que archiva recuentos desde 1774.