El 
			bloqueo aplicado por Estados Unidos contra Cuba durante más de medio 
			siglo clasifica como una violación masiva, flagrante y sistemática 
			de los derechos humanos, y ha dejado un daño invaluable en el país 
			por su impacto en los sectores más sensibles, aseguró este jueves el 
			ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.
			En la presentación del informe Necesidad de poner fin al 
			bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados 
			Unidos de América contra Cuba, el Canciller fustigó esa política 
			de Washington que constituye un instrumento de carácter coercitivo, 
			ilegal, obsoleto y propio de la guerra fría. 
			"Los daños acumulados por más de 50 años por la aplicación del 
			bloqueo a Cuba ascienden hasta el año 2011 a un millón de millones 
			de dólares. Para una economía pequeña como la cubana es una carga 
			abrumadora", denunció. "La cifra es calculada de manera rigurosa y 
			conservadora sobre la base de la depreciación del dólar respecto al 
			oro, a precios corrientes supera los 100 mil millones de dólares", 
			dijo.
			Durante la presentación simultánea con la misión permanente de 
			Cuba ante las Naciones Unidas, en Nueva York, el jefe de la 
			diplomacia cubana señaló que el bloqueo provoca sufrimientos, 
			carencias y dificultades que alcanzan a cada familia, niño, mujer y 
			anciano cubanos, y es el principal obstáculo para el desarrollo 
			socioeconómico.
			El cerco afecta el acceso a materias primas, alimentos y 
			medicamentos, algo que las convenciones humanitarias prohíben 
			incluso, en tiempo de guerra. 
			El Canciller puntualizó además que durante el gobierno de Barack 
			Obama se ha intensificado esa política hostil, con el aumento de las 
			presiones contra otros países para que suspendan sus negocios con la 
			mayor de las Antillas y la persecución a las transacciones 
			financieras internacionales. 
			Al enumerar las ventajas para Washington de levantar la medida, 
			Rodríguez Parrilla mencionó que permitiría a Estados Unidos 
			articular una nueva política creíble hacia América Latina y el 
			Caribe, cuyas naciones han expresado unánimemente su oposición al 
			bloqueo; tendría credibilidad en materia de lucha de Derechos 
			Humanos y dejaría de violar las libertades civiles y derechos 
			constitucionales de los norteamericanos, que para viajar a La Habana 
			necesitan licencias especiales.
			Esa política no funciona para que la Casa Blanca avance en su 
			propósito de cambio de régimen en nuestro país y es también un 
			instrumento que lesiona los intereses de aquel pueblo, expuso.
			"El gobierno de Estados Unidos tiene razones de respeto a su 
			propio pueblo para levantar el bloqueo, que es un instrumento ilegal 
			de abuso de poder que no funciona y es también un instrumento que 
			lesiona los intereses del pueblo norteamericano", apuntó.
			En ese sentido aseveró que Obama tiene todas las facultades 
			constitucionales que le permitirían introducir modificaciones 
			sustanciales a la aplicación del bloqueo, incluso sin necesidad de 
			decisiones legislativas.
			No obstante, significó que Cuba seguirá desarrollándose en el 
			plano económico y social, lo que reclamará el trabajo duro de todos 
			los cubanos, pero no renunciará ni a su independencia, ni a su 
			soberanía, ni a su desarrollo.