Podrán
achacársele insuficiencias, intermitencias y vacíos o quizás sea
necesario reprochar la organicidad de un cuerpo teórico que explique
integralmente el devenir de los procesos de creación y recepción,
pero indudablemente la crítica de las artes plásticas cubanas, a
partir de los años ochenta hasta la actualidad, se ha hecho mucho
más visible y ha acompañado las tareas de promoción y sustentación
de la eclosión artística que ha vivido el país en ese lapso. Al
respecto vale contar cómo todo se ha hecho a pesar de las
restricciones materiales y las dificultades que muchas veces limitan
la edición de catálogos.
Una contribución importante parte de la especialización de
egresados de los centros de educación superior no solo en Historia
del Arte, sino en otras disciplinas humanísticas, de la voluntad del
Consejo Nacional de las Artes Plásticas y su sello editorial, así
como de la UNEAC y la Asociación Hermanos Saíz, por estimular líneas
de crítica y reflexión, de la ventana abierta a la información
teórica en instituciones como el Centro Criterios y las bibliotecas
del Centro Lam y el Museo Nacional de Bellas Artes, y del ejemplo
insuperable de maestros como Adelaida de Juan y Alejandro G. Alonso.
A estos empeños por potenciar el ejercicio y la confrontación del
criterio se sumó nuevamente este septiembre una cita organizada por
el Consejo Provincial de las Artes Plásticas de Cienfuegos, el cual
contó con la presencia de una representación de críticos de todos
los territorios del país, entre ellos la doctora Magaly Espinosa y
Antonio Fernández Seoane, Tania Hernández y Jorge Luis Montesinos,
que impartieron conferencias.
El evento, que en su carácter bienal alterna con el Salón 5 de
Septiembre, auspició, además, una muestra de videos de arte
realizados en varios territorios de la isla, las provincias, un
panel sobre los temas más acuciantes que inciden en el arte en el
presente siglo y la promoción de las más recientes publicaciones del
sello Editorial Artecubano.
Todas estas acciones se dedicaron a la memoria de Rufo Caballero,
importante crítico de Arte cubano fallecido el pasado año y que
insistió tenazmente en la urgencia de realizar una reunión periódica
que permitiese confrontar ideas, conceptos, y consultar materiales
necesarios para ejercer el criterio con profundidad, calificación y
precisión.
Durante esos días se inauguró en Cienfuegos la exposición
colectiva de grabado Propósitos, en el Taller de Gráfica;
Septiembre + 5, una muestra colectiva con obras de los premiados
en los Salones Provinciales en los años precedentes; el
performance Roces, del artista Santiago H. Martínez, y se
presentó una espléndida colección de trajes como resultado del
trabajo conjunto de los diseñadores Lourdes Trigo y Frank Álvarez.
Como colofón se inauguró la exposición Star and cloud,
conjunto de obras ejecutadas en acrílico sobre tela y acrílico sobre
cartulina, recientemente realizadas por el pintor y grabador Osvaldo
Sánchez Herrera (1984).