WASHINGTON, 22 de agosto.— El ministro de Relaciones Exteriores
de Australia, Bob Carr, rechazó la idea de que EE.UU. planea la
extradición del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, por cargos
derivados de la obtención de información clasificada; sin embargo,
cables diplomáticos desclasificados contradicen sus planteamientos.
Según The Sydney Morning Herald, citado por Telesur, los
documentos revelan que la embajada australiana en Washington informó
en febrero que "la investigación de EE.UU. sobre la posible conducta
delictiva del señor Assange ha sido constante durante más de un
año".
Asimismo, informan que Kim Beazley, embajador australiano en
Estados Unidos, buscó asesoría de alto nivel en ese país sobre
"cualquier decisión de acusar o solicitar la extradición de Assange".
La sede diplomática australiana identificó una amplia gama de
cargos criminales que Washington podría entablar contra Assange,
incluyendo espionaje, conspiración, acceso ilegal a información
confidencial y fraude informático.
Mientras, el abogado de Bradley Manning —joven soldado acusado de
entregarle miles de documentos a WikiLeaks— denunció que su cliente
recibió un trato humillante y degradante durante los primeros meses
de prisión en un centro en Viriginia, e interpuso una moción para
que el caso sea desestimado, informa BBC Mundo.
Cuando Manning fue arrestado en mayo del 2010, fue llevado
directamente a Quantico. Es allí que su abogado, David Coombs, acusa
a sus guardianes de someterlo a un trato inapropiado y en violación
del código militar, al contrario de lo que sostiene el Pentágono.