Estados Unidos puede congratularse de ser number one en
varios aspectos, pero también en otros que nadie desea celebrar,
mucho menos mencionar durante las pasadas fiestas patrias.
Aún es la primera economía del planeta (en tamaño) y, según el
índice de desarrollo humano de la Organización de Naciones Unidas,
ocupa el tercer lugar (empatado con los Países Bajos) en desarrollo
socioeconómico, solo detrás de Noruega y Australia. Para nutrir su
mito de que cualquiera puede "hacerla" en este país de
oportunidades, puede señalar que aún es el país con el mayor número
de millonarios (3,1 millones de 11 millones en total en el mundo,
según un informe anual realizado para Merrill Lynch. Otro cálculo es
que había cinco millones 263 mil hogares millonarios en el 2011 de
los 12,6 millones de hogares millonarios a nivel mundial, según
Boston Consulting Group).
También algunos pueden festejar que este país es campeón en
muchos otros asuntos; por ejemplo, es número uno en producción de
queso (un cuarto de la producción mundial), en consumo de cacao y de
petróleo, así como en número de reactores nucleares¼
y el exportador de semen humano más grande del mundo, según Harper’s.
También es "número uno" en cosas que sus publicistas prefieren no
ostentar, por ejemplo: más de 2,2 millones de personas en cárceles;
tiene más gente enjaulada que el total combinado de 36 naciones
europeas. Uno de cada 104 adultos estadounidenses está encarcelado.
Uno de cada cuatro reos en el mundo está en una prisión de Estados
Unidos (Pew Center on the States). Más de siete millones —uno de
cada 33 estadounidenses— están bajo supervisión judicial (presos,
con libertad condicional, o en un proceso judicial).
Es el país con la población civil más armada del mundo; tiene la
tasa más alta de armas de fuego en manos civiles, con uno de cada
cinco estadounidenses como dueño de un arma. Hay casi 300 millones
de armas de fuego en manos privadas en Estados Unidos, equivalente a
casi un arma por habitante.
Es número uno en gasto militar: Estados Unidos dedica más
recursos a sus fuerzas armadas que cualquier otro país: en el 2011
su gasto militar fue de 711 mil millones; el resto del mundo
combinado gastó un billón 26 mil millones. De los diez países con
los mayores gastos militares del mundo, Estados Unidos representa 41
% (cifras y análisis de SIPRI).
Está batallando para ocupar el primer lugar entre los países más
avanzados en nivel de desigualdad económica; ya goza del nivel de
desigualdad de ingreso más alto de los 34 países que integran la
OCDE. Según cifras de la CIA, Estados Unidos ocupa el número 39 de
los países con mayor desigualdad en ingreso familiar (el número uno,
Namibia, es el más desigual, y Suecia en el número 136, el más
igualitario). Según esto, la superpotencia es más desigual que
Camerún, Rusia, Irán, Nigeria y Nicaragua, aunque México le gana en
desigualdad, ocupando el lugar 27. El 1 % más rico controla casi 25
% del ingreso nacional, el porcentaje más alto desde 1928, según el
Centro sobre Pobreza y Desigualdad.
Tiene el porcentaje más alto de menores de edad en pobreza entre
los países avanzados (21 % de los niños).
Padece los costos de salud más altos entre los países más
avanzados: representa 17,6 % del PIB y gasta 8 233 dólares per
cápita, más de dos veces el promedio de países de la OCDE.
Hay otros rubros en los que Estados Unidos no ocupa el primer
lugar, ni de cerca. Por ejemplo: en corrupción en el sector público
ocupa el lugar 24 en la lista de percepciones de corrupción
compilada por Transparencia Internacional.
Ocupa el lugar 47 en libertad de prensa (le ganan países como
Sudáfrica, Ghana, Hungría, España y El Salvador).
Ocupa el décimo lugar en analfabetismo, muy detrás de Cuba, que
ocupa el segundo a nivel mundial, según el Programa de Desarrollo de
la ONU.
Estados Unidos, pese a ser el campeón mundial en promover la
"libertad económica" como valor fundamental universal, solo logra el
décimo lugar en ese rubro, según el informe anual de la institución
conservadora Fundación Heritage (Hong Kong es el número uno). Peor
aún, a pesar de presentarse como campeón del libre comercio, ocupa
el lugar 38 en ese rubro, según la misma institución.
Y en términos de derechos civiles, Estados Unidos ocupa el lugar
46 (el más bajo de cualquier país con democracia desarrollada),
según el Índice de Democracia 2010 del Economist Intelligence Unit,
empatado con Italia, Sudáfrica, Francia y Hungría (Uruguay, Suecia y
Canadá, empataron en primer lugar).
Estados Unidos ocupa el undécimo lugar en felicidad, según el
Instituto Earth de la Universidad Columbia, un cálculo mucho más
serio de lo que su nombre indica, tomando en cuenta diversos
factores socioeconómicos (Dinamarca, Finlandia, Noruega y otros
ocupan los primeros lugares). Togo aparece como el menos feliz.
Aunque los analistas dicen que en términos objetivos son menos
"felices", en una encuesta de Ipsos 28 % de los estadounidenses
dicen estar "muy felices", en lo que ocupan el sexto lugar
(empatados con Australia). El país menos feliz según el sondeo es
Hungría.
A veces ser "número uno" no es algo que hay que celebrar.
(Tomado de La Jornada)