En caso de que Julian Assange caiga en manos de EE.UU., el
fundador de WikiLeaks podría ser ejecutado. Así lo aseguró a RT el
ex alto funcionario de la Agencia de Seguridad Nacional
estadounidense (NSA, por sus siglas en inglés) Thomas Andrews Drake.
Experto en espionaje electrónico, Drake sacrificó su carrera para
hacer sonar la alarma sobre las múltiples violaciones de derechos
dentro de la agencia. En el marco de la entrevista, relató a RT cómo
EE.UU. practica su "tiranía suave", bajo la cual todo el mundo es
objeto de vigilancia permanente, ya que la seguridad se ha
convertido allí en una religión de Estado.
Assange y su futuro en EE.UU.
Drake asegura que las autoridades norteamericanas están demasiado
indignadas con el fundador de WikiLeaks, por lo que harán lo que
esté en su mano para encerrarlo durante el tiempo que sea posible o
recurrirán a la ejecución.
Así, según informes de prensa, ya se ha organizado un Gran Jurado
clandestino y tal vez, ya haya preparada una sentencia, que Julian
Assange cumpliría inmediatamente si EE.UU. se hiciera con él. El ex
agente de la NSA subraya que hay múltiples altos cargos en el país
que insisten en una sentencia de muerte para el fundador de
WikiLeaks.
"Decir la verdad al poder es muy peligroso. A las élites, a los
responsables no les gusta que aireen los trapos sucios. No solo se
oponen a esto, sino que deciden convertir la verdad en actividad
criminal", enfatiza Drake.
Trapos sucios de la NSA
El ex alto funcionario de la NSA relata la existencia de un gran
programa insignia llamado ‘Trailblazer’, diseñado para catapultar a
la NSA en el siglo XXI para hacer frente a las enormes cantidades de
datos generados por la era digital.
"Lo que hizo la NSA fue realizar un abuso generalizado del ‘Trailblazer’,
así como crear un programa de vigilancia súper secreto, con lo que
violó por completo la Constitución y la Cuarta Enmienda", confesó
Drake.
"Descubrí, para mi horror y conmoción, que poco después del 11-S,
la NSA estableció un acuerdo secreto con la Casa Blanca, según el
cual la agencia se convertiría en el agente ejecutor de este
programa de vigilancia secreta".
Vigilancia como religión de Estado
"Lo que quiere el Gobierno es tener cada vez más acceso a los
datos privados. La ley de ciberseguridad CISPA llevaría el hecho a
un siguiente nivel. Bajo la etiqueta o el rótulo de las amenazas
informáticas, el Gobierno busca un acceso aún más invasivo a las
redes, generalmente cerradas al público".
De acuerdo con las palabras del experto, se trata de una "tiranía
suave", del "establecimiento de una sociedad de vigilancia. Las
personas no se dan cuenta de hasta qué punto están controladas, del
grado en que una gran cantidad de nuestros datos transaccionales en
todas sus formas -formularios electrónicos, e-mails, ‘tweets’,
registros bancarios y todo lo demás- están sujetos a esta
vigilancia".
Drake hace hincapié en que la censura proviene del miedo. "El
temor en sí mismo es el control. Es lo que hace la gente cuando
tiene miedo: empieza a censurar. Se envía un mensaje escalofriante
con la amenaza de que si usted se pone a hablar, le espera un golpe
duro. Nuestra seguridad se ha convertido en nuestra religión de
Estado. No lo dude. Porque si no está seguro, será su lealtad la que
se pondrá en duda".
El propio Pentágono tiene constancia de que si una nación lleva a
cabo cualquier acción en contra de EE.UU., se trata de un acto de
guerra, sostiene el experto. Sin embargo, sus propias acciones son
tachadas, por ejemplo, de "operaciones cibernéticas". "Recurre a una
gran cantidad de etiquetas de todo tipo para que sea algo diferente
de lo que realmente es. Entonces, ¿dónde se traza la sutil línea?"
(Tomado de RT en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/48879-Ex-agente-de-Seguridad-Nacional-de-EE.UU.-Washington-podr%C3%ADa-ejecutar-a-Assange)