El
6 de julio de 2012 la Fiscalía de la Florida envió a la corte de
Miami su oposición a la solicitud presentada por el abogado Martin
Garbus, en representación de
Gerardo Hernández Nordelo, en la que pidió una audiencia
oral y la entrega por parte del Gobierno de evidencia adicional que
permita profundizar en el caso de los "periodistas" que fueron
pagados con dinero federal y actuaron antes y durante el juicio de
los Cinco con el propósito de crear lo que en 2005 el panel de la
Corte de Apelaciones describió como "una tormenta perfecta de
prejuicios y hostilidad".
En una maniobra evidentemente evasiva, el Gobierno intenta
argumentar que los hechos presentados por la defensa no son tales y
por tanto no resulta necesario procurar más información para
esclarecerlos. En otras palabras, le dice a la propia Jueza Joan
Lenard que la denuncia de la defensa sobre la conducta de los
"periodistas" que ella misma reconoció durante el juicio llegaron
incluso a amedrentar y acosar al jurado, no es más que una teoría
conspirativa y una especulación generalizada.
En su escrito la Fiscalía advierte que podría recurrir a
"privilegios ejecutivos" y a la Ley de Protección de la Información
Clasificada (CIPA) para no acceder a la petición, lo cual equivale a
admitir su voluntad de seguir ocultando y manipulando las pruebas.
En un breve párrafo final la Fiscalía se opone también a la
audiencia oral solicitada por Gerardo.
Cabe preguntarse a qué le teme el Gobierno. Por qué no permite
que los Cinco, y particularmente Gerardo, que cumple dos cadenas
perpetuas más 15 años de prisión, puedan disponer de toda la
información que necesitan para defenderse de condenas tan injustas y
absurdas como las que les fueron impuestas.
(Tomado de Antiterroristas.cu)