Cultivo de malanga en el llano

Convertir la vianda “exótica” en plato regular

DILBERT REYES RODRÍGUEZ

A juzgar por la "buena cara" de las plantaciones que empiezan a replicarse en zonas llanas de la provincia de Granma; tal vez no sea de soñador creer que la preciada malanga —desaparecida, o cuando menos, exótica vianda—, vuelva a las tarimas como un producto de presencia regular.

Foto del autorLa malanga producida en el llano complementa la de la montaña.

El año pasado, los encargados de echar a andar en el territorio el programa de cultivo extensivo en el llano, mantuvieron a resguardo las poquísimas hectáreas donde sembraron —para multiplicar— la simiente traída desde Cienfuegos y Sancti Spíritus.

"De estos campos reducidos nada se comerció y fue por eso que contamos con la semilla necesaria para tener creciendo hoy las primeras 160 hectáreas (12 caballerías), que en noviembre darán un asomo de producción; aunque todavía no será suficiente en los mercados", dijo a Granma Sergio Oliva, subdelegado de la Agricultura en la provincia oriental.

Lo cierto, lo palpable, es que hay sembradas 100 hectáreas alrededor de la ciudad de Bayamo, ocho bajo máquinas de riego en Jiguaní, 63 en Yara, y algunas menos concentradas en planicies de varios municipios; pero que la perspectiva se convierta en realidad es otra cosa, y quienes pueden asegurarlo confían en que a finales del 2013 ya se verá notablemente en las placitas.

Al parecer, todo es cuestión de una esmerada atención cultural que proteja los rendimientos esperados, porque aunque el número en hectáreas (270) suene a poco todavía, las cifras anunciadas para la cosecha no son despreciables.

Y esto del rendimiento —la mayor deuda de la Agricultura cubana— es la razón determinante en los géneros y variedades escogidos para la siembra en Granma; porque si vamos a la tradición, la cercanía de la Sierra acomodó el paladar a la llamada "malanga de la loma" o "guaüí", científicamente denominada xanthosoma.

Está la otra, la del género colocasia y conocida como malanga isleña o chopo; también consumida por acá, pero... cuestión de gustos.

No obstante, de las 12 caballerías actuales (habrá dos más este mes), nueve son de la última variedad y tres de la primera, pero cuando sean 20, la relación será 15 y cinco. ¿Una de las razones?, la colocasia rinde de 20 a 30 toneladas por hectárea, mientras la guaüí poco más de la mitad.

UN CULTIVO BONDADOSO

La mayor parte de la malanga que hoy se fomenta en Granma, está en Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC); pero para beneficio del cultivo en crecimiento, el programa no se acogió con indiferencia, ni la vianda ocupó la misma parcela donde hasta hace poco había otra con resultados aceptables.

Así sucede en la UBPC Carlos Manuel de Céspedes, adscrita a la Empresa Agropecuaria Bayamo, donde el nuevo producto reconquistó áreas fértiles perdidas, y ahora es un horizonte favorable para la salud económica de la entidad.

A sabiendas del periodo crítico que vivió la malanga, cuando no había ni una hectárea en la llanura y era exigua en la montaña, muy estimulante resulta para el sector confirmar que Granma es, entre las provincias orientales, la más avanzada en la recuperación del cultivo.

Así lo declaró en entrevista con este diario Sergio Rodríguez, presidente del Grupo Nacional de Viandas, quien explicó la intención de que la malanga del llano no excluya, sino complemente, la producida en la loma; a fin de lograr suficiencia en el mercado, facilidades para su atención en terrenos regulares, y cercanía a poblados y ciudades.

"Resulta, además, una vianda muy resistente a fenómenos destructivos para la Agricultura cubana, como los huracanes. Tener los dos géneros (xanthosoma, originario de América; y colocasia, de Asia), unido a un buen manejo, posibilitaría disponer del producto todo el año (el primero, de abril a septiembre, y el otro de octubre a marzo); pues la malanga posee propiedades de conservación que la convierten en excelente reserva alimentaria: el suelo es un almacén natural que permite demorar la cosecha, y una vez recolectada, puede estar en un lugar fresco hasta tres y cuatro meses sin corromperse.

"Sobre los gustos, bueno, el cubano siempre ha preferido la ‘guaüí’ (xanthosoma), en detrimento del chopo (colocasia); a pesar de tener ambas propiedades similares. No obstante, como nuestra Agricultura no puede forzar la tradición y el gusto, ya el Instituto Nacional de Investigaciones en Viandas Tropicales trabaja en un clon de colocasia que tiene un 60 % de malanga guaüí, el triple de lo actual", informó Rodríguez.

 

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