Entrevistamos al Presidente Fernando Lugo, depuesto en su cargo a
través de un sutil mecanismo constitucional y un grosero proceso que
se asemeja a lo ocurrido en Honduras en junio de 2009, lo que pone
en estado de alerta a toda la región.
-La intención es confundir a la opinión pública nacional e
internacional, pero lo que sucedió aquí fue un golpe de Estado…
-¡Sin lugar a dudas! Los medios de comunicación privados que
responden a ciertos intereses, quieren dar la impresión de que aquí
no ha pasado nada, que hubo una sucesión natural de cambio de
Presidente de la República. Al mismo tiempo no dan a conocer los más
de 40 espacios y lugares de resistencia activos, y la solidaridad
internacional que sí confirman que aquí ha pasado algo.
Aquí hubo una ruptura del orden democrático, aquí hubo un juicio
político sin razón de ser, se efectuó un golpe parlamentario. Hay
varios nombres: golpe express; Cristina Kirchner mencionó que se
trata de un golpe suave. El laboratorio de todo esto fue Honduras
hace tres años, y aquí en Paraguay fue perfeccionado.
-Llegué anoche, y me llamó la atención la ausencia de la
resistencia al golpe. ¿Esa situación tiene que ver con su
pronunciamiento de efectuar una resistencia en paz?
-Sí, una resistencia pacífica. En los 40 piquetes que se han
realizado no ha habido violencia. Hoy, el puente que nos une con
Brasil fue cerrado por dos horas, con gente de Paraguay y brasilera.
El puente que nos une con Argentina, en Encarnación, también fue
cerrado. La gente está expresando su descontento, su indignación.
Hay una sana y pacífica indignación ciudadana. Pero estas
manifestaciones no aparecen en la prensa.
Nosotros hacemos hincapié en convocar a manifestaciones
pacíficas, uso de la fuerza sí, pero sin violencia y, al mismo
tiempo, no salirse del orden jurídico nacional. Las manifestaciones
son permitidas y creo que la ciudadanía está despertando a una gran
conciencia cívica en todo el país. En siete departamentos se han
producido fuertes expresiones de rechazo al golpe, y esto
continuará, porque creemos que la voluntad popular expresada el 20
de abril de 2008 fue quebrantada con este juicio político o golpe
parlamentario.
-Usted dice no salirse del orden jurídico nacional, los golpistas
afirman también que no violentaron ese orden…
-Se respetó, se le dio un viso legal, pero como dijo el
presidente Juan Manuel Santos (Colombia), ese viso legal fue
violentado, fue forzado. Aquí no se respetó el debido proceso y
tampoco el derecho a la defensa. Cualquier muchacho que tenga un
accidente con una moto tiene derecho a dos, tres, cuatro, hasta 18
días para preparar su defensa, yo tuve sólo 17 horas y dos horas
para exponerla. En el juicio al presidente José P. Guggiari
(1928-1932), él tuvo tres meses para preparar su defensa y otros
tuvieron semanas, a mí me dieron 17 horas.
En menos de 24 horas no se puede deponer a un Presidente electo
por las mayorías populares. Por eso nosotros estamos recurriendo a
la Corte Suprema de Justicia y a las instancias internacionales
competentes, como a la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
porque creemos que esto fue injusto y se violentó la voluntad
popular y las garantías del justo proceso.
-¿Quién está detrás del golpe?
-Grupos que nunca muestran los rostros. Grupos económicos,
también la clase política tradicional, que no acepta que en este
país pueda haber prácticas políticas diferentes, prácticas políticas
que no se basan en el clientelismo ni el prebendarismo, que son
comunes de los partidos tradicionales que ahora se unieron en el
golpe por primera vez en la historia.
-¿Cuál es vuestra agenda ahora?
-Vamos a salir por todo el país explicando a la ciudadanía lo que
pasó. El próximo martes (hoy) vamos a estar en Caazapá, el jueves
vamos a estar en las barriadas de Asunción, y así iremos recorriendo
todo el país. Y como lo mencioné, vamos a insistir ante la Corte
Suprema de Justicia y ante los organismos internacionales
competentes.
-¿Cómo evalúa la solidaridad manifestada por los gobiernos de la
región?
-Me da una garantía, confirma que lo que sucedido aquí en
Paraguay preocupa porque se trató de una ruptura del orden
democrático, y los países hermanos han manifestado su solidaridad de
manera ferviente. Siempre dijimos que como país mediterráneo no
podíamos estar aislados ni económica ni políticamente,
lamentablemente esto ha ocurrido con el golpe.