El
jefe de la agencia de inteligencia de Alemania, Heinz Fromm,
presentó su dimisión después de una serie de errores en una
investigación sobre una célula neonazi.
Se cree que el grupo de extrema derecha ha matado al menos a diez
personas, la mayoría de ellos inmigrantes turcos durante un período
de siete años.
La agencia fue objeto de críticas cuando se supo que uno de sus
funcionarios había destruido archivos sobre las actividades de
informantes de extrema derecha justo un día después de que se reveló
que la célula estaba involucrada en los asesinatos.
La serie de asesinatos es uno de los mayores crímenes sin
resolver de Alemania.