Cuerdo rescate

Un peculiar medio de tracción proporciona múltiples ventajas económicas al Taller Ferroviario de Antilla

GERMÁN VELOZ PLACENCIA

ANTILLA.—El Loco-Tractor no deja de ser una máquina extraña, pero no tiene nada que ver con desajustes mentales, refiere Eric Cruz Zaldívar, quien tres años atrás rescató el peculiar medio de tracción para el taller ferroviario que dirige.

Foto: Juan Pablo Carreras Eric Cruz Zaldívar no se cansa de promover las ventajas del uso del Loco-Tractor.

Diseñado sobre la base de un tractor común fabricado en la desaparecida URSS, el ingenio posee ruedas metálicas para el desplazamiento por las vías férreas. Además, está dotado de un mecanismo hidráulico, devenido pivote sobre el que gira una vez detenido, lo que le permite invertir la dirección del movimiento.

Posee, según detalla Eric, un compresor para suministrar aire a los sistemas de freno de los coches ferroviarios, lo cual proporciona seguridad durante los desplazamientos.

"Es ideal para talleres medianos. Aquí lo empleamos en los movimientos internos de las casillas en desuso que recibimos y convertimos en coches de pasajeros, así como en comedores, dormitorios y almacenes móviles".

Recomienda mirar hacia las ventajas económicas de su uso: "Lo conduce un operario y consume poco combustible; tenemos experiencias de trabajar una semana con 20 litros. En fin, puede sustituir el empleo de una locomotora que tiene una tripulación de cinco hombres y en ocho horas gasta 250 litros de diésel.

"Al mismo tiempo, nos evita pagar el alquiler de las locomotoras, fijado en 80 pesos por hora de acuerdo con la tarifa vigente. También nos ahorramos el tiempo invertido en estas gestiones y, sobre todo, la inseguridad en obtener el servicio, siempre sujeto a la disponibilidad de los equipos".

Por las posibilidades que ofrece, el Loco-Tractor ha vuelto a llamar la atención de directivos del sector del transporte, y el "espécimen" salvado en el Taller Ferroviario de Antilla fue enviado a la Empresa 60 Aniversario de la Revolución de Octubre, en las cercanías de la ciudad de Holguín, donde ingenieros y otros especialistas en construcción de maquinarias "le tomaron las medidas", con vistas a fabricar un prototipo todavía pendiente del proceso de contratación.

"Cada acción en la que interviene este equipo nos confirma que valió la pena traerlo desde Cienfuegos, destrabarle la cadena y otros mecanismos y ponerlo a funcionar", asegura Eric, quien con cordura y preocupación por el buen desempeño económico de su colectivo demostró que "locos" están quienes dieron la espalda a la inconfundible y útil máquina.

 

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