Jovellanos.— El desempeño de los pocos trabajadores de la
minindustria con el nombre de El Atrevido, y la aceptación de los
productos que allí elaboran, dan fe de lo bien elegido de su nombre.
Ubicada en la periferia del poblado, la fábrica artesanal
garantiza que la gente acuda a comprar productos en conserva durante
todo el año.
Librado Rivero Rodríguez y sus dos hijos, Pedro y Olga Julia,
sostienen la pequeña fábrica, un sitio casi artesanal pero lleno de
sorpresas. "Aquí elaboramos alrededor de 24 productos, que pueden
permanecer hasta dos años sin envejecer", observa Pedro.
En la relación de preparados aparece el encurtido de ají y
cebolla, vinagre y vino seco, vitanova, pasta picante, ají cachucha
encurtido, aliñado que se logra a partir de condimentos y conservas
para adobar las carnes, y otras ofertas que pueden hallarse,
incluso, en ferias de otros territorios de la provincia.
Entre los de mayor aceptación se encuentra la pasta de ajo, que
se vende a un precio módico, y comentan quienes la consumen, que una
botella rinde lo mismo que una ristra.
La familia cuenta con el favor de las unidades productoras de la
localidad, de las cuales obtienen las hortalizas y los vegetales que
emplean para fabricar sus productos. Según estadísticas, esta
pequeña unidad produce varias toneladas y sobrepasa los 70 mil pesos
cada mes.
Se trata de un ciclo continuo que permite la presencia permanente
de dichos preparados en el municipio.
Es preciso conocer la organización y los métodos de trabajo de
esta familia, para comprender las incalculables potencialidades que
aún existen tanto aquí como en otros territorios, para desarrollar
las minindustrias como parte de los programas de la agricultura
urbana y suburbana.