WASHINGTON, 22 junio.— En su intento de cortejar a los
potenciales votantes hispanos, el presidente de Estados Unidos
Barack Obama defendió hoy la decisión de su gobierno de suprimir la
amenaza de deportación de cientos de miles de indocumentados.
El mandatario intervino este viernes en la 29 Conferencia anual
de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y
Designados (NALEO), en Orlando, Florida, en la cual exigió al
Congreso para concretar su prometida promesa electoral, hasta ahora
incumplida, de una reforma migratoria integral.
Hace exactamente una semana, la Casa Blanca anunció la suspensión
de las expulsiones de indocumentados durante dos años, decisión que
podría beneficiar a unos 800 mil jóvenes menores de 30 años, pero
solo bajo ciertas condiciones, recordó el diario Orlando Sentinel.
El gobernante también aprovechó su discurso para reconocer que el
estado de la economía norteña continúa amenazada por los embates de
la recesión económica, que en el último mes experimentó un alza en
el índice de paro, ahora en 8,2 por ciento, según cifras oficiales.
En este sentido, el Ejecutivo solicitó medidas para enrumbar la
economía del país.
No nos detiene la falta de grandes ideas, lo que nos detiene es
el estancamiento en Washington entre dos visiones fundamentalmente
distintas sobre qué rumbo debemos tomar, indicó.
La víspera, el eventual candidato republicano a la Casa Blanca,
Mitt Romney, también se dirigió al mismo auditorio, al cual prometió
una reforma migratoria, pero a largo, plazo, en caso de asumir el
Ejecutivo en noviembre.
El bando republicano también ha reaccionado para evitar quedar a
la zaga de lo que expertos califican como una movida electoral de
los demócratas para granjearse el apoyo de los latinos.
Contrasta el hecho de que los latinos, la principal minoría del
país, exhiben en estos momentos una tasa de desempleo superior al 11
por ciento, superior a la media nacional.
Asimismo, han visto como durante la actual administración se
incrementaron las expulsiones de indocumentados -alrededor de 400
mil por año-, como no ocurrió siquiera bajo el mandato de George W.
Bush (2001-2009).