ASUNCIÓN, 22 junio.— El presidente paraguayo, Fernando Lugo,
acató la decisión hoy del Congreso de removerlo del cargo y dijo que
la democracia fue herida profundamente con su destitución.
En sus últimas declaraciones como Jefe de Estado, hechas desde la
Casa del Gobierno, Lugo explicó que fueron transgredidos todos los
principios de la defensa, de manera cobarde y alevosa.
Agregó que espera que sus sucesores tengan presente la gravedad
de sus hechos.
Antes de abandonar el Palacio presidencial en medio de los
correspondientes honores militares, pidió que no se le niegue al
pueblo el derecho de manifestar su opinión, y urgió a que no haya
derramamientos de sangre por culpa de intereses mezquinos.
Hoy me despido como Presidente, pero no como ciudadano paraguayo
y serviré a la nación allí donde me necesiten, puntualizó.
Lugo insistió en que nunca respondió a clases políticas, a la
mafia ni al narcotráfico, y seguirá respondiendo al llamado de los
más humildes y excluídos pues tenemos un deber de solidaridad con la
patria y la historia.
Salgo por la puerta más grande de la patria que es el corazón de
mis compatriotas concluyó Lugo.