Se
sabía de Masetti y de aquel intento de abrir un frente guerrillero
en la región de Salta, Argentina, en 1963, como vanguardia del
Ejército Guerrillero del Pueblo, al frente del cual se pondría el
Che. Se sabía, pero no todo, y siempre con las interrogantes
surgidas del trágico fin de la epopeya, y otras más, que por primera
vez se desentrañan en Jorge Ricardo Masetti, el comandante
Segundo, un libro de Conchita Dumois y Gabriel Molina, de más de
300 páginas, recién publicado por la Editorial Capitán San Luis.
Viuda de Masetti y licenciada en Historia y Ciencias Políticas,
Conchita falleció antes de que el libro saliera de la imprenta, y
Gabriel Molina es un experimentado periodista y escritor, Premio
Nacional de Periodismo por la obra de toda la vida y autor de los
libros Diario de Girón y Bahía de Cochinos, el mayor error
de Kennedy.
Ambos autores tuvieron la suerte de conocer y trabajar con
Masetti desde los días fundacionales de Prensa Latina, lo que les
permitió calar la personalidad del argentino, que por primera vez
llega a Cuba con la misión de subir a la Sierra y entrevistar a
Fidel, y pocos años después le dice adiós al país, dispuesto a
convertirse en guerrillero, en una etapa social y política en
América Latina en la que muchos no vislumbraban otra vía ––siguiendo
el ejemplo de la Revolución Cubana–– que la lucha armada.
Por lo que cuenta y la manera en que lo hace, El comandante
Segundo es de esos libros que agarran y no sueltan, pero se
equivocan quienes piensen que estarán ante un texto intrínsecamente
glorificador. Lo que predomina en él es un acucioso afán de
investigación surgido de numerosos testimonios y opiniones ––no
siempre coincidentes en sus puntos de vista y análisis de los
hechos–– bibliografía amplia y reveladora, documentos de diversa
índole, que incluyen parte de la correspondencia entre Masetti y su
esposa, y una reconstrucción, realizada por primera vez, de los
preparativos en Cuba, llegada de los guerrilleros a Argentina a
través de Bolivia, vida en campaña, traiciones y horas finales del
grupo.
"En los meses siguientes, alrededor de abril de 1964 ––se
narra––, todo había terminado. La dependencia del exterior para
abastecerse de comida, el total aislamiento y las condiciones del
terreno resultaron una trampa mortal. De Segundo y su único
acompañante no se supo jamás. Desaparece Masetti pensando en la
esencia de la vida que supo abrazar para siempre, esa que avizoró y
que pasaría como un relámpago por su alma en esas últimas horas como
hombre revolucionario".
Entre los testimonios con que contaron Conchita Dumois y Gabriel
Molina aparecen dos, de carácter excepcional, ofrecidos por los
únicos cubanos supervivientes de aquellos días en Salta, el hoy
General de Cuerpo de Ejército Abelardo Colomé Ibarra, y el capitán
Alberto Castellano.
El libro no comienza por un orden cronológico, sino con el
secuestro de que es víctima Masetti por parte de la Guardia Nacional
de Costa Rica cuando, en compañía de otros periodistas cubanos,
entre ellos Gabriel Molina, asiste, en 1960, a una Conferencia de
Cancilleres en la que, una vez más ––la primera en agosto de 1959––
el gobierno de Estados Unidos trata de aislar a Cuba.
Aunque la parte final del libro se concreta en la guerrilla en
Salta, una de sus virtudes radica en la interrelación que establece
entre el periodista argentino, Cuba y el resto del mundo en los
primeros años de la Revolución.
Los acontecimientos son múltiples: la amistad entre el Che y
Masetti, reuniéndose ambos de madrugada; Playa Girón, donde Masetti
participa como periodista; la Crisis de octubre, Nikita, el plan
Mangosta ––revancha de Kennedy para acabar con la Revolución por
todos los medios––; el florecimiento de los movimientos de
liberación nacional; los intentos de asesinar a Fidel por parte de
la CIA, con integrantes de la mafia incluidos; Argelia y sus líderes
brindando apoyo a Masetti; García Márquez hablando de sus días de
corresponsal de Prensa Latina en Nueva York; el peronismo, las
tendencias periodísticas existentes en los diarios cubanos por
aquellos tiempos, y hasta el nefasto sectarismo del que fue víctima
Masetti en Prensa Latina por un grupo de provocadores, luego
felizmente barridos.
Memoria histórica ––a veces fatalmente archivada–– y revelaciones
y análisis objetivos en torno a una gesta de la que se sabía, pero
no todo, hacen de Jorge Ricardo Masetti, el comandante Segundo
un libro tan abarcador como de imprescindible lectura.